Frío, ¿causa de derrames?

Las enfermedades de las vías respiratorias no son los únicos problemas de salud que están a la orden del día cuando el termómetro desciende. El ictus o accidente cerebrovascular (ACV) también puede ser otra de las secuelas de los drásticos cambios en la temperatura y la humedad. 

De hecho, tanto las bajas temperaturas como las grandes fluctuaciones climáticas podrían estar vinculadas con un mayor número de hospitalizaciones por infarto cerebral, señala un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Yale. 

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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Las enfermedades de las vías respiratorias no son los únicos problemas de salud que están a la orden del día cuando el termómetro desciende. El ictus o accidente cerebrovascular (ACV) también puede ser otra de las secuelas de los drásticos cambios en la temperatura y la humedad. 

De hecho, tanto las bajas temperaturas como las grandes fluctuaciones climáticas podrían estar vinculadas con un mayor número de hospitalizaciones por infarto cerebral, señala un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Yale. 

Cada año, alrededor de 800 mil personas en Estados Unidos sufren un infarto cerebral. 

En el estudio, que fue presentado durante la conferencia anual de la Asociación Americana de Infarto Cerebral, en San Diego, los investigadores se valieron de una muestra de más de 130 mil personas que, tras sufrir un infarto cerebral, ingresaron a hospitales entre el 2009 y 2010. 

También analizaron los datos de temperatura y los niveles de humedad que se registraron durante este periodo. 

Por ejemplo, encontraron que con cada aumento de 2.8 grados centígrados en la temperatura, la probabilidad de internarse por infarto cerebral disminuía 2.3 por ciento, así como un descenso  de 4.1 por ciento en el riesgo de morir por dicha causa. 

También se observó que por cada 2.8 grados de cambio de la temperatura durante el día, se registraba un ligero aumento en el riesgo de sufrir un derrame cerebral.

Si bien aún no está clara la razón de la relación entre las condiciones climáticas y la incidencia de infartos cerebrales, el Dr. Andrew Stemer, neurólogo de la Universidad de Georgetown explicó a The Associated Press que en clima frío, los vasos sanguíneos se contraen, lo que puede aumentar la presión arterial. 

Por otro lado, “la alta humedad puede causar deshidratación”, apuntó el Dr. Larry Goldstein, especialista en accidente cerebrovascular de la Universidad de Duke, que al igual que, al igual que las bajas temperaturas, aumenta el estrés cardiovascular en el cuerpo, y aumenta el riesgo de que se formen coágulos en la sangre.

Expertos recomendaron a familiares y amigos que estén al pendiente de los adultos mayores durante las temperaturas extremas, pues se trata de un grupo que está en alto riesgo de sufrir un infarto cerebral u otros padecimientos.

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