Información, prevención y acción
Hoy vivimos más. Pero en calidad de enfermos.
Y aunque el estilo de vida moderno, el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios son factores de riesgo que sin duda han contribuido al aumento de las enfermedades crónicas a nivel global, la falta de información y la ausencia de una cultura de prevención podrían marcar la diferencia para disminuir la cantidad de muertes prematuras a causa de enfermedades como cáncer.
Eugenia RodríguezHoy vivimos más. Pero en calidad de enfermos.
Y aunque el estilo de vida moderno, el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios son factores de riesgo que sin duda han contribuido al aumento de las enfermedades crónicas a nivel global, la falta de información y la ausencia de una cultura de prevención podrían marcar la diferencia para disminuir la cantidad de muertes prematuras a causa de enfermedades como cáncer.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades no transmisibles (ENT) son las principales causas de muerte en el mundo, siendo los males cardiacos y el cáncer los responsables de un mayor número de vidas perdidas, con 17.5 millones y 8.2 millones de decesos anuales, respectivamente.
Por ello, la posibilidad de contar con herramientas que detecten problemas graves de salud de forma temprana, mucho antes de que se presenten los primeros síntomas, y actuar en consecuencia antes de que sea demasiado tarde es un paso urgente en el camino a transformar el cuidado de la salud.
Y es que se espera que para el 2020, las principales enfermedades crónicas contribuyan a un aumento del 73 por ciento de todas las muertes en el mundo y 60 por ciento de la carga mundial de la enfermedad.
A diferencia de otros años, la medicina no es la única pionera en este campo, pues la tecnología se ha colado en este ámbito para marcar la pauta. Y los datos generados por el usuario a través de dispositivos portables que registran y monitorean la salud en tiempo real representan una joya de información para la práctica clínica.
Y no solo para realizar un diagnóstico oportuno y proceder con el tratamiento adecuado del paciente, sino también para mejorar su calidad de vida.
Como dijo Andrew Conrad, director de Ciencias Biológicas del laboratorio de investigación del gigante de Internet, Google X, “estamos intentando cambiar la medicina de una de tipo episódica y reactiva a una proactiva y preventiva”, con la finalidad de impedir infartos y detectar de forma temprana enfermedades como el cáncer.
Google está trabajando con nanopartículas con un núcleo magnético que, a través de una píldora, entrarían al torrente sanguíneo para identificar y adherirse a moléculas específicas que participen en el crecimiento y la propagación de las células cancerígenas.
Pulsera contra el cáncer
Una vez introducidas en el cuerpo de un paciente a través de una pastilla, las nanopartículas emitirán una luz que será captada por una pulsera inteligente que el paciente llevará puesta.
La idea es que la zona en la que se ubican las venas de la parte inferior de la muñeca, donde será colocado el dispositivo, sea el receptor en el que, arrastradas por su magnetismo, se concentren las nanopartículas, cuya información obtenida será interpretada por la pulsera.
¿Pero cómo detectará la pulsera la luz proveniente de las nanopartículas? En un video publicado por The Atlantic, Conrad explicó que necesitaba saber cómo pasaba la luz a través de la piel, por lo que el equipo de Ciencias Biológicas de Google X, compuesto de más de 100 médicos y científicos, se dio a la tarea de crear piel sintética para construir brazos artificiales.
La piel sintética está siendo probada con distintos grosores y tonos, para estudiar cómo se comportan las señales de luz de las nanopartículas en personas con diferentes tipos de piel.
Y a quienes les parece rara la idea de tener nanopartículas circulando constantemente dentro del cuerpo en busca de indicios de cáncer, Andrew Conrad les asegura que “es aún más raro tener células cancerosas flotando en tu cuerpo que están constantemente intentando matarte”, señaló en The Atlantic.
Un paso adelante
Todo apunta a que Google está avanzando en la búsqueda de una cura contra el cáncer.
La semana pasada, se dio a conocer que la compañía de Eric Schmidt presentó una solicitud de patente con la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) para el wearable que apunta a fungir como un sistema de alarma para informar que algo está mal en la bioquímica de la persona.
La OMPI describe la solicitud de la patente llamada “Nanoparticle Phoresis” como un dispositivo portable que “puede modificar o destruir de forma automática uno o más objetivos en la sangre que tengan un efecto adverso para la salud mediante la transmisión de energía (…)”, que provocaría cualquier cambio físico o químico en los mismos para reducir o eliminar su amenaza en el bienestar del paciente.
Los blancos de ataque pueden ser “enzimas, proteínas, células u otras moléculas”.
Diabéticos proactivos
En julio del año pasado, se dio a conocer que la filial de oftalmología de la farmacéutica Novartis, Alcon, acordó una licencia con Google para utilizar su tecnología de lentes de contacto inteligentes.
El gigante de Internet desarrolló un prototipo de lentes de contacto que permite a las personas con diabetes manejar la enfermedad. El producto está equipado de un chip y un circuito electrónico diminuto que permite medir los niveles de glucosa en la sangre directamente del flujo lagrimal de los diabéticos.
Los lentes de contacto estarían conectados vía wireless a un dispositivo móvil, al que se enviaría la información obtenida en el análisis. Se trata de un procedimiento menos invasivo al eliminar la necesidad de pinchar el dedo para obtener una gota de sangre para su análisis.
La tecnología del dispositivo también ayudará a restaurar el autofocus natural del ojo en objetos cercanos para personas con presbicia y que no pueden leer sin anteojos.
Sergey Brin, cofundador de Google, dijo en un comunicado que su sueño “es utilizar la última tecnología de miniaturización de la electrónica para ayudar a mejorar la calidad de vida de millones de personas”.
Información es poder
A principios de este mes, Jeff Williams, vicepresidente de operaciones de Apple, anunció el lanzamiento de Research Kit, una plataforma con la que millones de usuarios podrán tener una mayor comprensión de su estado de salud, a la vez que contribuyen la investigación médica a través de su iPhone.
La plataforma, que saldrá el próximo mes, incluye cinco aplicaciones de código abierto enfocadas a padecimientos como asma, cáncer de mama, enfermedades cardiacas, diabetes y Parkinson.
Por ejemplo, a través de la app MyHeart Counts, desarrollada por la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, los usuarios conocerán su riesgo de desarrollar los dos padecimientos más letales a nivel mundial: enfermedad cardiaca en infarto cerebral, lo que a su vez ayudará a los investigadores a encontrar la manera de combatir los mismos.
“Existe un nuevo movimiento en la investigación académica llamada investigación participativa, en la que los pacientes forman parte de los grupos que deberían estar preguntando: ‘¿qué preguntas son importantes? ¿Qué deberíamos probar?’”, escribió en The Huffington Post la doctora Ida Sim, profesora de medicina de la Universidad de California, en San Francisco.
“El público podría comenzar a ver la investigación como algo que no se les impone, sino como una actividad que todos realizamos juntos para que podamos aprender juntos”.
Chaleco con ‘voz’
Todos conocemos la maravilla que son los implantes cocleares para las personas con sordera.
Pero el neurocientífico David Eagleman propone un método aún menos invasivo: un chaleco inteligente que permita a las personas sordas sentir –literalmente– el sonido, lo que se traduce en una “experiencia perceptiva directa de escuchar de una manera similar que cuando una persona ciega pasa un dedo sobre el Braille”, explicó Eagleman durante una conferencia de TED llevada a cabo la semana pasada en Vancouver, Canadá.
Bautizado como VEST –traducción de chaleco en inglés–, la prenda sin mangas está equipada con nodos en la espalda que transmiten información mediante patrones de vibración.
Según reportó el sitio de divulgación científica Phys.org, el chaleco fue diseñado para sincronizarse con tabletas que pueden convertir palabras habladas, precios de acciones u otra información en datos digitales enviados inalámbricamente a través de motores vibratorios tejidos en la espalda del chaleco, que puede utilizarse discretamente bajo la ropa.
Eagleman, quien considera que la prenda es “un sentido extra” para los humanos, contó que VEST ha sido probado con personas sordas, “y resulta que después de un poco de tiempo, pueden empezar a sentir, pueden comenzar a entender el lenguaje del chaleco”.
> La era del software
Dispositivos que detectan enfermedades a tiempo
> El ‘sexto’ sentido
Video de la conferencia en TED