Las legales son peores

El alcohol y el tabaco son las adicciones más comunes en la mayoría de los países y las más dañinas. Incluso más que las drogas ilegales como mariguana y heroína.

Casi 5 por ciento de la población adulta mundial (240 millones de personas) sufre de trastorno por consumo de alcohol, lo que resulta en 257 años de vida sana perdidos por discapacidad, muerte prematura o enfermedad por cada 100 mil habitantes, en comparación con solo 83 años por drogas ilícitas.

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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El alcohol y el tabaco son las adicciones más comunes en la mayoría de los países y las más dañinas. Incluso más que las drogas ilegales como mariguana y heroína.

Casi 5 por ciento de la población adulta mundial (240 millones de personas) sufre de trastorno por consumo de alcohol, lo que resulta en 257 años de vida sana perdidos por discapacidad, muerte prematura o enfermedad por cada 100 mil habitantes, en comparación con solo 83 años por drogas ilícitas.

Y más del 20 por ciento de la población (mil millones de personas) fuma tabaco, que ha sido vinculado con el 11 y 6 por ciento de muertes anuales en hombres y mujeres a nivel global, respectivamente. 

Estos fueron los hallazgos del primer compilado del uso adictivo de drogas en todo el mundo encabezado por Linda R. Gowing, de la Escuela de Ciencias Médicas de la Universidad de Adelaide, en Australia, quien señala que resulta más complejo obtener las estadísticas globales sobre el uso de drogas ilegales. 

Pero para fines comparativos, se estima que aproximadamente 15 millones de personas en todo el planeta se inyectan drogas ilícitas, como la heroína.

El reporte describe a las personas con un trastorno por consumo de alcohol –que comprende tanto el uso nocivo y la dependencia– como aquellas “más propensas a consumir alcohol en grandes cantidades durante periodos prolongados de tiempo y constituyen un subgrupo de la población más propensa a experimentar efectos nocivos del alcohol”. 

Para este conteo global, cuyos resultados fueron publicados en la edición de junio de la revista Addiction, se utilizaron datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), entre otras fuentes de investigación sobre adicción.

“Lo que resulta más sorprendente es ver cuánto más daño provocan las drogas legales que las ilegales a la sociedad”, apuntó Robert West, autor del estudio titulado “Global Statistics on Addictive Behaviours: 2014 Status report” y editor en jefe de Addiction.

Mundo embriagado

El reporte encontró que el consumo de alcohol tiene un impacto mucho más negativo incluso que el tabaco en la población global, no solo en términos de muerte prematura, sino en cuanto al número de años de vida productivos perdidos y una menor calidad de vida, aunado al deterioro de las relaciones interpersonales. 

De hecho, aproximadamente 3.3 millones de decesos en el mundo fueron atribuidos al consumo de alcohol en 2012, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). 

Una cifra mayor que la proporción de todas las muertes a causa del VIH/SIDA (2.8 por ciento), violencia (0.9) y tuberculosis (1.7).

Además, según estimaciones de la OMS, 5.1 por ciento de la carga mundial de enfermedades y lesiones en ese mismo año fueron atribuibles al consumo de alcohol. 

En 2010, la bebida a nivel global fue equivalente a 6.2 litros de alcohol puro por personas mayores de 15 años o 13.5 gramos de alcohol puro por persona al día. 

La mayoría de las muertes causadas por el consumo de alcohol caen en las categorías de lesiones, cáncer, enfermedades cardiovasculares y cirrosis hepática, señala el estudio. 

La OCDE enfatiza que el impacto del consumo de alcohol no solo depende de la cantidad que se ingiere, también influye el patrón de consumo y lo que se bebe.

La OMS define un episodio de exceso de alcohol (“binge drinking”, en inglés) como el “consumo de 60 o más gramos de alcohol en el menos una sola ocasión al menos cada mes”. 

Tabaquismo en México

De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Adicciones (ENA 2011), en México existen 17.3 millones de fumadores de entre 12 y 65 años, el equivalente a 21.7 por ciento de la población.

Mientras que los mexicanos que no fuman aún están expuestos a los efectos nocivos del tabaco. 

Según la ENA, 12.5 millones de mexicanos están expuestos al humo de tabaco ambiental (HTA), siendo los adolescentes –de entre 12 a 17 años de edad– el grupo más afectado (36.4 por ciento) y el hogar el lugar donde la exposición al humo de segunda mano ocurre con mayor frecuencia (18 por ciento). 

En este espacio hemos aludido a las enfermedades asociadas con el tabaquismo, pero de acuerdo al reporte de “Motor Ciudadano sobre el control del tabaco en México” de 2013 de la Fundación Interamericana del Corazón México, el cáncer de pulmón, la enfermedad cerebrovascular, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el infarto agudo al miocardio son los males más comunes asociados con el tabaco.

También son las primeras causas de mortalidad, discapacidad y enfermedad que se presentan por la adicción al o consumo del mismo, voluntario e involuntario. 

En noviembre de 2014, aludimos al estudio PLATINO (Proyecto Latinoamericano de Investigación en Obstrucción Pulmonar) realizado por la Asociación Latinoamericana de Neumología y Cirugía de Tórax, el cual reveló que casi el 8 por ciento de la población en México padece EPOC, una de las principales causas de muerte en el país.

Aunque la cifra podría ser aún mayor, considerando que la enfermedad está subdiagnosticada en México. 

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