‘No vuelvo a tomar’

Nota del editor: Este artículo fue publicado anteriormente. Lo compartimos ahora con el fin de ofrecer contenidos útiles a nuestros lectores.

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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Nota del editor: Este artículo fue publicado anteriormente. Lo compartimos ahora con el fin de ofrecer contenidos útiles a nuestros lectores.

 

“No vuelvo a tomar”, dice la mayoría un día después de la fiesta, cuando los efectos de la “cruda” son inevitables.  

Y, aunque pareciera que se tiene toda la intención de cumplirlo, lo cierto es que la misma frase se repite un fin de semana después. O al día siguiente, pues hay quienes incluso vuelven a beber horas más tarde, tan pronto se recuperan de la  resaca.

Y es que el malestar temporal que se padece tras el consumo excesivo de alcohol no es suficiente como para evitar volver a consumirlo, al menos así lo concluyó un estudio realizado por la Universidad de Missouri.

En el estudio, cuyos resultados serán publicados en la edición de mayo de la revista científica Alcoholism: Clinical & Experimental Research, los investigadores solicitaron a 386 jóvenes que llevaran un diario donde registraran sus hábitos de consumo de alcohol durante tres semanas. Los participantes también informaron sobre las probabilidades de que volvieran a beber más tarde el mismo día que sufrieron la resaca. 

Entre los hallazgos, se encontró que, en promedio, los jóvenes esperaban seis horas más para volver a beber después de haber experimentado resaca, en comparación con las ocasiones en donde el consumo de alcohol no trajo consigo este malestar. 

Además, hubo participantes que ni siquiera postergaron de forma importante su ingesta de alcohol, pese a haber sufrido los  síntomas característicos de una “cruda”, como el insoportable dolor de cabeza y el molesto mareo.

Thomas Piasecki, del Departamento de Ciencias Fisiológicas de la Universidad de Missouri y autor del estudio, explicó en un comunicado que, cuando se trata de decidir si consumir o no alcohol, los efectos inmediatos y placenteros que se obtienen al beber esta sustancia pueden compensar la sensación de malestar de una resaca. 

Y enfatizó que “experimentar resacas frecuentes es una señal de advertencia que debería de incitarte a reflexionar sobre tu forma de beber, y a considerar buscar ayuda si se te dificulta beber dentro de los límites de seguridad”.

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