¿Una prótesis funcional y divertida que se pueda personalizar con piezas de Lego?
Existe. Se trata de un brazo biónico cuyo sistema modular, bautizado como “Iko”, fue diseñado para niños de entre tres y 12 años.
El prototipo realizado por el diseñador industrial colombiano Carlos Arturo Torres, tiene la finalidad de transmitir un solo mensaje: “la falta de una extremidad no debe ser un impedimento para un niño cuando tienes la oportunidad de explorar y aumentar su potencial creando, jugando y aprendiendo”.
Con Iko, creado en colaboración con el grupo de investigación y desarrollo de la firma danesa, Lego Future Lab, y el Centro Integral de Rehabilitación de Colombia (CIREC), no hay excusas para que los niños con discapacidad se pongan barreras.
De hecho, Iko se convierte en un aliado para que los menores superen estigmas asociados al uso de prótesis que han sido alimentados por la misma sociedad.
Como dijo Torres a Wired: “mis amigos en psicología solían decirme que cuando un niño tiene una discapacidad, realmente no se da cuenta de ello hasta que encara a la sociedad. Ahí es cuando tienen un encuentro súper duro”.
“Había muchos problemas que intentaba entender”, expresó el diseñador en The Guardian. “La percepción negativa que los niños tienen de las prótesis; el enfoque las compañías ponen en la ingeniería y no en la parte humana de un niño; el aislamiento social que sienten los niños debido a su condición y qué tan difícil puede ser para ellos desarrollar una fuerte autoestima”.
“Mi idea no era hacer una prótesis tradicional, sino proponer un sistema que fuera lo suficientemente flexible para que los niños lo utilicen, manipulen y creen por sí mismos y con sus amigos”.
La parte exterior de la prótesis, que cuenta con una mano robótica desmontable que se controla mediante un sistema de control “mioeléctrico” (diseñado para responder a los pulsos eléctricos de la contracción de los músculos), tiene varios tubos de Lego donde los ladrillos se pueden conectar. También hay tubos colocados en la punta de cada dedo, reportó CNET.
Con el prototipo de esta prótesis, y los sensores mioeléctricos, un niño llamado Darío fue capaz de controlar una retroexcavadora de Lego, un LED en una nave espacial, y pinzas de Lego conectadas a su brazo biónico.
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Conoce el prototipo