Riñón bioartificial adaptable

Actualmente el problema que existe con los biomateriales que se implantan en el cuerpo humano para reemplazar o complementar alguna función biológica radica en que fallan a la hora de integrarse a las células y a los tejidos. 

Un equipo de investigadores europeos pretende solucionar el problema a través de un proyecto fundado por la Comisión Europea llamado Supocosys. 

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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Actualmente el problema que existe con los biomateriales que se implantan en el cuerpo humano para reemplazar o complementar alguna función biológica radica en que fallan a la hora de integrarse a las células y a los tejidos. 

Un equipo de investigadores europeos pretende solucionar el problema a través de un proyecto fundado por la Comisión Europea llamado Supocosys. 

En la iniciativa, encabezada por el doctor Egbart Willem Meijer, investigador de la Universidad Tecnológica de Eindhoven, en Holanda, se está llevando a cabo una investigación sobre un nuevo material que se puede utilizar en el diseño, la síntesis y el autoensamblaje de biometariales que sean capaces de adaptar sus propiedades a las células del humano.

La idea es que dichos biomateriales sean empleados para fabricar partes de un riñón bioartificial y así demostrar las propiedades del novedoso compuesto químico.

De acuerdo a un comunicado emitido por la agencia Cordis de la Comisión Europea, estos materiales también podrían tener otras aplicaciones médicas, como la mejora del tratamiento de diálisis –que sustituye las funciones de los riñones dañados–, la reducción de los rechazos en los trasplantes o su aplicación como suturas innovadoras. 

En el proyecto Supocosys, que está programado para concluir en marzo del 2015, el equipo de científicos holandeses busca “formar polímeros supramoleculares”, es decir, “sistemas compuestos por macromoléculas, unidas mediante enlaces específicos, que controlan su ensamblaje y su comportamiento”. 

Estos polímeros tienen la capacidad de transformarse, reciclarse y repararse por sí mismo.

Además, esos polímeros se pueden procesar a bajas temperaturas y pueden ser manipulados con facilidad. 

Estas características están siendo estudiadas por parte del equipo de Egbart Willem Meijer, con el fin de perfeccionar los materiales y añadirles funciones más complejas. 

 

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