Séance: Un paseo al oscuro presente
La experiencia sensorial e inmersiva, Séance, invita al público a despertar los sentidos en plena oscuridad; este laboratorio teatral, que comenzó en Reino Unido en 2016, reta a la imaginación y a las emociones de aquellos susceptibles al miedo y al horror
Hidalgo NeiraEn la calma del Bosque de Chapultepec yace una caja metálica blanca a las afueras del Museo Tamayo, este contenedor utilizado de manera ordinaria para transportar carga marítima, resulta ajeno al lugar. Aquellos curiosos que se acerquen notarán que hay una única palabra inscrita en él, Séance, palabra francesa que en español significa sesión.
“Al entrar, serás parte de una sesión de espiritismo de la época victoriana”, dice un cartel que invita a los transeúntes a abordar el rectángulo de metal. Para aquellos que se atreven, les espera un espacio reducido, butacas alrededor de una mesa larga con mantel blanco, tenuemente iluminada y audífonos para cada visitante.
Al cierre de las puertas se advierte claramente a los presentes que no hay manera de salir una vez iniciado el acto, que además ocurre en completa oscuridad.
El tiempo se detiene, la invocación al inframundo comienza y la percepción alrededor cambia. La ausencia de la vista, además de acentuarse lo sonoro, provoca distintas sensaciones en quienes entraron a la caja de metal, esto es lo que ofrece Séance, teatro sensorial que solo estará afuera del Museo Tamayo del primero de agosto al primero de septiembre en la Ciudad de México.
La compañía británica Darkfield desarrolló este concepto hace tres años, y tras presentarse en todo el Reino Unido, y actualmente estar en Australia, también se añade México como sede, gracias a Malanoche, productora de experiencias sensoriales radicada en Saltillo, Coahuila.
“Nos asociamos con Darkfield, una empresa integrada por David Rosenberg, Glen Neath y Andrea Salazar; se especializa en ese tipo de experiencias, David y Glen llevan ya mucho tiempo en el tema del teatro inmersivo, son considerados pioneros, hacen estas experiencias muy concisas, que curan en contenedores de transporte, entonces nosotros nos asociamos con ellos para traerla a México”, agrega Sheridan.
Séance comenzó su recorrido en Saltillo de 2018, para después pasar por San Pedro Garza García, Nuevo León y llegar a Santa Fé en mayo pasado. Los productores de Malanoche tienen contemplado posiblemente llevar el contenedor a Texas, Estados Unidos, Guadalajara y Tijuana, aunque todavía están por confirmarse las fechas.
Vivir el ahora
Al estar en un presente en el que todo es compartible en redes sociales y se vive inmerso en lo que sucede en ellas, el atreverse a vivir la experiencia de Séance rompe con la cotidianeidad de lo digital, ya que la exigencia por parte del espectáculo es apagar por completo el celular, sin excepción alguna.
“Pasa algo en ti, que cuando no puedes grabar algo que está ocurriendo sientes como que no ocurrió, de entrada tienes que superar ese pequeño obstáculo, porque cuando algo te gusta, tu cerebro y tus manos inmediatamente se van al chingado botón de share, y aquí no se puede hacer”, platica Sheridan.
El juego de la sugestión a través del sonido y la ausencia de la vista es lo que sostiene a este laboratorio teatral, lo que obliga al espectador a estar en el ahora, sin distracciones posibles, y dejarse aterrar o sobrevivir a Séance.
Desarrollando las experiencias de Séance
Traer el espectáculo británico a México tomó alrededor de un mes y medio de producción, sobretodo en construir el interior del contenedor, además de realizar uno de los ejes más importantes del montaje, el sonido.
“Lo armamos en el norte, esta es una adaptación, su idioma original obviamente es inglés, y se hizo al castellano, mi socio Salvador Garza, él es un productor de audio especializado justamente en temas teatrales, ha hecho producción de audio para una empresa muy importante de teatro que se llama Punchdrunk”, comenta el inversionista.
El montaje que Garza desarrolló para Punchdrunk se titula Sleep no more, inspirado en la obra de teatro Macbeth de William Shakespeare con un toque de film noir, este montaje iniciado en 2003 invita al público a interactuar con el desarrollo de la trama, prácticamente sin diálogos, lo que causa aun mas intriga en los asistentes.