Forrest Timothy Hayes, de 51 años, era un ejecutivo de Google que murió de una sobredosis de heroína a bordo de su yate, en el puerto de Santa Cruz, California. De acuerdo a la policía de Santa Cruz, fue el pasado 23 de noviembre cuando su cuerpo fue descubierto por el capitán del yate.
La presunta culpable de la muerte de Hayes, casado y padre de cinco niños, es una supuesta prostituta llamada Alix Catherine Tichelman, de 26 años, quien inyectó la heroína al que fuera ejecutivo del Silicon Valley, mismo que se encontraba en estado agonizante cuando fue abandonado por la mujer.
Tichelman, quien se jactaba de tener más de 200 clientes –a quienes conocía por medio del sitio Web SeekingArrangement.com, un punto de encuentro de mujeres y hombres adinerados con parejas atractivas–, enfrenta cargos por homicidio, posesión y tráfico de heroína y prostitución.
De acuerdo a la policía, Tichelman no proporcionó los primeros auxilios ni llamó al 911.
Las imágenes de seguridad del yate muestran a la mujer recogiendo sus pertenencias, incluyendo las agujas y la heroína, mientras pasaba por encima del cuerpo de Hayes para tomarse una copa de vino. Antes de salir de la embarcación, Alix se aseguró de bajar una persiana, para ocultar el cuerpo de la víctima.
Ni Google ni Apple -donde se presume que Hayes trabajó anteriormente- aceptaron comentar al respecto.
¿Y quién es Tichelman? Gracias a lo publicado en redes sociales, se conoce que la mujer se describe a sí misma como artista de maquillaje, escritora, una modelo que lucha con demonios y que ama la serie “Dexter”, a su madre, a Marilyn Manson, y a los changos.
También se conoce que Tichelman estudió periodismo en la Universidad Estatal de Georgia, en Atlanta.
Según reportó The Guardian, la policía también está investigando si la mujer tiene alguna conexión con un incidente similar reportado en otro estado.
Y es que dos meses antes de la muerte de Hayes, falleció, en su hogar, Dean Riopelle, exnovio de Tichelman. La muerte de Dean se debió a una sobredosis accidental de heroína y alcohol.
“Aquí existe un patrón de conducta en el que ella no busca ayuda cuando alguien está en peligro”, dijo Steve Clark, subdirector de la policía de Santa Cruz.
