En una mañana de invierno, en el trayecto de su casa al hospital donde su madre se encuentra en estado terminal, una mujer hace un recuento de su vida y muestra las atrocidades que conlleva vivir en este país, contándolo de una manera Visceral.
Bajo la autoría y dirección de Adrián Vázquez, este monólogo muestra a una chica, interpretada por la actriz Verónica Bravo, que narra los problemas con los que ha luchado toda su vida; sin embargo, no es un relato triste. Al contrario, tiene todo el sentido del humor, por momentos es ácido y oscuro.
De acuerdo con el director, el texto busca llevar al espectador del sufrimiento a la risa y de la confrontación a la esperanza.
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Bravo representa a esa mujer a quien las circunstancias la convirtieron en un ser duro, con una negativa rotunda de amar y sentirse amada, no es que no quiera, es que los patrones que ha tenido no han sido los mejores ejemplos: el matrimonio fracasado de sus padres, la desunión familiar y el “amor de su vida” que no es más que un hombre ruin que la violenta constantemente desde lo psicológico hasta lo sexual.
En un escenario casi vacío, acompañada de un sillón y una lámpara, ambos objetos de color rojo, la actriz explota Visceral su talento artístico, logrando transmitir esa intensidad que emana de las entrañas por una caótica ciudad en donde todos imponen su ley.
El montaje es presentado por la compañía Los tristes tigres. Su propuesta estilística se fundamenta en una apuesta por la actoralidad: construyen ficciones a partir del actor, su voz y el potente uso de la imaginación.
Sus puestas en escena ofrecen una visión optimista y esperanzadora de la realidad a través del humor sin concesiones. Fundada en el año 2005, entre su repertorio se encuentran los espectáculos Fractales de Alejandro Ricaño y El Ventrílocuo de Larry Tremblay.
Visceral se presenta los domingos, a las 19:00 horas, hasta el 30 de diciembre en la Sala B de La Teatrería.