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Con el reporte “How’s Life?” (¿Cómo está la vida?) que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó este año, se conoció que pese a ser el segundo país con menor ingreso y mayor desigualdad de los países miembros de la OCDE, México es el país que reportó mayor satisfacción ante la vida.
En una escala del 0 al 10, los mexicanos asignaron una puntuación de 7.3, mayor que el promedio registrado de la OCDE (6.6).
Fueron más las experiencias positivas (paz, gozo, orgullo o satisfacción por sus logros) que los mexicanos reportaron vivir en un día normal (82 por ciento) que las experiencias negativas (dolor, tristeza, preocupación).
Una cifra mayor que el promedio de la OCDE (76 por ciento).
También, en marzo de este año, un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reveló que los mexicanos calificaron, en una escala del 0 al 10, su satisfacción de vida y felicidad con una puntuación de 8 y 8.4 por ciento, respectivamente.
El reporte de la OCDE menciona que “la satisfacción ante la vida mide la manera en que las personas evalúan, más que sus sentimientos actuales, su vida en su conjunto (…). La felicidad, o bienestar subjetivo, puede medirse en términos de satisfacción ante la vida, la presencia de experiencias y sentimientos positivos, y la ausencia de experiencias y sentimientos negativos”.
Si bien estas medidas son subjetivas, señala el informe, “constituyen un complemento útil a los datos objetivos para comparar la calidad de vida entre los países”.
Todo está en el respeto
De acuerdo a la encuesta de Durex, las personas tienden a ser más felices con su vida sexual cuando se sienten respetadas durante el acto.
De hecho, 88 por ciento de los mexicanos dijo que se sentía respetado durante el acto sexual. Fue la mayor cifra reportada en comparación con los otros países participantes.
La encuesta de Durex, cuya metodología contó con la guía del Dr. Kevan Wylie, experto en psicoterapia de relaciones y los trastornos psicosexuales y miembro de la Comisión Europea de Medicina Sexual (MJCSM), señala que el respeto mutuo juega un rol esencial en la vida sexual.
Como menciona una publicación del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, en inglés): “campañas de promoción e información, educación y comunicación desarrolladas con las comunidades y con el apoyo de los más altos niveles de gobierno deben promover conductas y prácticas sexuales informadas, responsables y más seguras en las relaciones sexuales, así como el respeto mutuo y la equidad de género.
De hecho, en mayo del 2008 el gobierno de la Ciudad de México distribuyó 700 mil ejemplares de libros de texto de educación sexual en escuelas de secundaria, para ofrecer a los estudiantes mayor información sobre el tema.
Un ejemplo que cita el sitio AlterNet.org, un programa de la organización sin fines de lucro Independent Media Institute (IMI), para aludir a la “naturalidad” o “franqueza” con la que se habla el tema de educación sexual en el país.
Y una posible razón que explique por qué México es el segundo país más sexualmente satisfecho en el mundo.
“Las relaciones igualitarias entre hombres y mujeres en materia de relaciones sexuales y la reproducción, incluido el pleno respeto de la integridad física del cuerpo humano, exigen el respeto mutuo y la voluntad de aceptar la responsabilidad por las consecuencias de la conducta sexual”, indica la UNFPA.
Y agrega que “el comportamiento sexual responsable, la sensibilidad y la equidad en las relaciones de género, particularmente cuando se inculca durante los años formativos, favorecen y promueven las relaciones de respeto y armonía entre el hombre y la mujer”.
El sexo ‘compra’ la felicidad
En septiembre del año pasado, aludimos en este espacio a un estudio publicado por el Instituto para el Estudio del Trabajo de la Universidad de Bonn, en Alemania, en el que se encontró que las parejas que practican sexo constantemente –al menos cuatro veces por semana– tienen un ingreso 5 por ciento mayor que aquellas que no tienen relaciones sexuales con esta frecuencia.
La ciencia ha demostrado una y otra vez los efectos positivos en la salud mental y física de quienes llevan una vida sexual activa. Mejora el ritmo cardiaco y la circulación sanguínea, refuerza el sistema inmunológico, reduce el estrés, aumenta el autoestima, estimula las funciones cognitivas… beneficios que se traducen en una mejora en la productividad del empleado.
Nick Drydakis, catedrático de economía en la Universidad Anglia Ruskin, en Cambridge, Inglaterra, y autor del estudio, define a la actividad sexual como “un barómetro de la salud, la calidad de vida, el bienestar y la felicidad”.
