La que sería una de las obras de infraestructura más importantes del gobierno del ex mandatario, Aristóteles Sandoval Díaz, el nuevo Instituto Jalisciense de Cancerología, ha acabado como una mega morgue que almacenará todos los cadáveres que deje a su paso el coronavirus en Jalisco.
El nuevo Instituto Jalisciense de Cancerología que había proyectado el gobierno del priista, Sandoval Díaz, era una de sus obras estrella que superaría los mil 843 millones de pesos (MDP) de inversión, por lo que en 2015 fue presentada “como la obra de infraestructura más grande de la presente administración hasta el momento”.
Sin embargo, el gobierno de Sandoval Díaz no pudo garantizar el financiamiento que requería un proyecto de esa envergadura, por lo que al término del sexenio del priista, en diciembre de 2018, la obra quedó sin terminar y con una inversión concretada de solo 273 millones 427 mil 003 pesos, apenas el 14.82 por ciento de todo lo previsto.
Ahora, sin embargo, el gobierno del mandatario, Enrique Alfaro Ramírez, ha anunciado que el futuro de ese proyecto es incierto, y que por lo pronto la mole de concreto que ya está montada será utilizada como un espacio para el almacenamiento temporal y tratamiento de los cuerpos de los fallecidos por coronavirus.
Este 29 de abril, teniendo como trasfondo la estructura vacía del que iba a ser el estacionamiento del inmueble, el gobernador, Alfaro Ramírez, hizo público por primera vez que ese espacio ya no servirá para mudar al Instituto de Cancerología, y que sería la nueva morgue del Covid-19:
“Estoy aquí en este lugar que es una obra impresionante, con una historia muy larga de la cual no voy a hablar por el momento, aquí se iba a hacer el hospital de cancerología, actualmente pues está en obra gris, se va a ver en el futuro qué es lo que vamos a hacer con este edificio, ya hay un proyecto y una propuesta específica que luego les platicaré, pero por lo pronto (…) hemos tomado la decisión de que en la parte de los sótanos, el estacionamiento de este edificio (…) se va habilitar el espacio adecuado para poder hacer, en caso de ser necesario, el manejo de los cuerpos”.
El director del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, Gustavo Quezada Esparza, dijo que el espacio se requería para varios supuestos, entre estos: “fallece una persona en hospital, hay que trasladarlo aquí para tener suficiencia de tiempo para los trámites administrativos”, y otro:
“Personas que fallezcan en domicilios (…) sobre todo cuando son personas no identificadas o no reclamadas, es necesario hacer un archivo básico también para cumplir con los lineamientos jurídicos en esta materia, y vamos a cumplir con eso y nos da capacidad este lugar para esas tareas tan importantes y tan delicadas”.
Cancerología Fuera de norma
De concretarse el anuncio hecho por el gobernador en el sentido de que el inmueble que se construía para el Instituto de Cancerología ya no tendrá esa función, se le estará obligando a este organismo a permanecer en sus actuales instalaciones, las cuales operan fuera de norma, según se revela en su Plan Institucional.
En dicho Plan publicado apenas en septiembre de 2019 el Instituto afirma que su actual edificio en la colonia El Retiro, en Guadalajara, no cumple con las normas oficiales mexicanas en materia de infraestructura hospitalaria, así lo describe en su apartado de necesidades:
“Infraestructura física fuera de Norma 016 Secretaría de Salud por no cumplir con las dimensiones reglamentarias”, refiriéndose a la Norma Oficial Mexicana NOM-016-SSA3-2012 “Que establece las características mínimas de infraestructura y equipamiento de hospitales y consultorios de atención médica especializada”.
La decisión que parece haber tomado el gobernador por destinar a otro fin el inmueble en construcción, ocasionaría que el Instituto deba seguir operando desde el edificio de la colonia El Retiro, a pesar de no cumplir con la NOM-016-SSA3-2012. En el Plan citado se enlistan otras necesidades del actual inmueble como estas:
“Rehabilitación integral de fachada perimetral (enjarre y pintura de muros en ladrillo y muros falsos y/o muros de tablacemento), Rehabilitación de casa de máquinas y almacén (sustitución de cubiertas-láminas y reforzar estructura que sustente posibles granizadas mayores) impermeabilización de cisterna”.
“Sustitución de pisos conductivos antibacterianos en área quirúrgica” y “Sustitución de Compresor grado médico por requerir uno de mayor capacidad. Sustitución de bomba contra incendio e implementación de sistema contra incendios (detectores de humo y alarmas). Sustitución de aproximadamente 20 equipos de aire acondicionado”.
Decisión sorpresa
Hasta septiembre de 2019 el Instituto Jalisciense de Cancerología todavía suponía que el nuevo inmueble en construcción sería para su mudanza, pues su Plan Institucional muestra que ya había tramitado las solicitudes de recursos para poder concluir la obra, cuyo avance físico se estimó ahí en 30 por ciento.
En el documento se calculó que se requerían “700 MDP para terminación de infraestructura física, 800 MDP para equipamiento médico”, y agregaba: “se envió solicitud para programación y aprobación de Hacienda 2020, 2021 y 2022, solicitud de autorización de recurso”.
La primera piedra del malogrado nuevo Instituto se colocó el 23 de marzo de 2015 y debía terminar en septiembre de 2016, incluyendo: “La construcción de 15 mil m2 en cuatro niveles para albergar áreas de diagnósticos y de tratamiento con capacidad de hospitalización de 90 camas, tres quirófanos, terapia intensiva pediátrica y para adultos, así como sala de urgencias, consulta externa especializada, nutrición, entre otros”.
Sin embargo, el Instituto de marras informó vía transparencia que el costo total de la obra es de mil 843.7 MDP, considerando la edificación y equipamiento: “El proyecto original contempla 200 camas, 5 quirófanos, área de radioterapia con dos aceleradores lineales y un área de infusión de quimioterapia con capacidad del doble con la que se cuenta actualmente” (folio 00026020).
