La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) condenó los recientes asesinatos cometidos en contra de los periodistas Alfredo Cardoso Echevarría y Fredy López Arévalo, de los estados de Chiapas y Guerrero, respectivamente.
“Exhortamos a las autoridades correspondientes a investigar integralmente estos hechos, hacer justicia y evitar la impunidad”, solicitó.
Asimismo, y con la finalidad de que, tanto autoridades como la sociedad en su conjunto, reflexionen sobre el grave problema de la violencia que afecta en particular a las y los profesionales de la comunicación, la CNDH hizo un llamado al Estado mexicano.
“Por tratarse de un problema que involucra múltiples factores, toca a las instituciones que conforman el Estado mexicano, defender y garantizar el derecho a la libertad de expresión, y una de esas formas es mediante el aseguramiento de un ambiente propicio para el ejercicio del periodismo”.
La dependencia explicó que la protección y defensa de las y los periodistas son básicas en toda democracia, “por lo que autoridades de todos los niveles de Gobierno, pero sobre todo las Fiscalías, deben comprometerse en la investigación y sanción de los delitos contra periodistas”.
El lastre de la impunidad en asesinatos contra periodistas
En el marco del “Día Internacional para poner fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas”, la CNDH recordó que estos delitos, en México y en el resto del mundo, no deben ser entendidos solo como atentados en contra de individuos sino contra la sociedad en general.
Lo anterior, debido a que al atentar contra la integridad física y la vida de un periodista, se atenta contra nuestro derecho colectivo a la información y se crean zonas de silencio que, de acuerdo con información de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), se desarrollan a partir de acciones de intimidación:
“Como el acoso, secuestros, tortura, encarcelamientos arbitrarios, ataques violentos y asesinatos, que crean un clima de miedo en los profesionales de la comunicación, que los incita a la autocensura, impidiendo la libre circulación de la información, opiniones e ideas”.
A pesar de que, según datos de la UNESCO, entre 2016 y 2020 los casos disminuyeron un 20 por ciento en comparación al periodo comprendido entre 2011 y 2015, el dato que preocupa es que: “De cada 10 periodistas asesinados solo en un caso se hace justicia, lo que significa que el 87 por ciento de los casos quedan impunes”.