Covid-19, obstáculo para la justicia

La población penitenciaria y las mujeres víctimas de violencia en México han quedado en el desamparo frente a la pandemia que enfrenta el país, ya que las medidas implementadas por el gobierno para combatir el virus impiden que se respeten sus derechos
Montserrat Sánchez Montserrat Sánchez Publicado el
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Ni con Susana Distancia o gel antibacterial puede contar la población penitenciaria para prevenir el Coronavirus Covid-19, por ello, organizaciones no gubernamentales han denunciado la falta de medidas preventivas realistas para este sector de la población.

Ante el contexto de pandemia que vive el país por Covid-19, la Secretaría de Salud ha brindado ciertas recomendaciones para prevenir el contagio entre la población como quedarse en casa, mantener una distancia de dos metros con los demás y lavarse las manos con agua y jabón de manera continua. Sin embargo, estas acciones son impensables para algunos sectores como la población penitenciaria.

En entrevista para Reporte Índigo, Daniela Ancira, directora general de La Cana, organización que trabaja con mujeres en prisión, sostiene que se le debe de poner mayor atención a las cárceles de México, ya que las personas reclusas viven en pésimas condiciones de higiene, lo cual les dificulta acatar la medida de lavarse las manos.

Pensar que en un reclusorio se aplique Susana Distancia es no conocer la realidad de una cárcel. Hay celdas donde duermen entre 10 y 15 personas o incluso en una cama duerme más de uno, a ellos no podemos decirles que apliquen el distanciamiento
Daniela AnciraDirectora general de La Cana

“Lo mismo pasa con la medida de lavarse las manos, muchas veces son las visitas quienes les proporcionan el jabón y ahora que éstas se han reducido para prevenir el contagio pues ya no tienen forma de acceder a esta ayuda”, relata.

De acuerdo con Ancira, otro obstáculo para las medidas sanitarias contra el Covid-19 es la cantidad de gente en los reclusorios, pues asegura que hay cárceles hasta con un 150 o 200 por ciento de sobrepoblación.

“Para la población penitenciaria es muy difícil vivir esta pandemia. Algunos internos me platicaban que les estaban cobrando por lavarse las manos, no se les cuida como debe y se olvida que de tener un caso de contagio se propagaría de manera masiva en cuestión de días.

“Además, dentro de la población hay mujeres embarazadas, niños, y no podemos olvidar que alrededor del 11 por ciento tiene 50 años o más, es decir, casi 25 mil personas a las que se les debe cuidar sin ninguna excusa”, explica.

Sistema en evidencia por Covid-19

Saskia Niño de Rivera, vocera y cofundadora de Reinserta, afirma que esta emergencia sanitaria por Covid-19 pone en evidencia el olvido en el que se tiene al sistema penitenciario.

“Se trata también de un tema de presupuesto porque en México las familias son las que ayudan a sus internos, pensar en cerrar las puertas de manera definitiva a las visitas es enfrentarse a la incertidumbre de quién los alimentará y apoyará en esta contingencia”, señala.

Por su parte, Ancira declara que espera que con esta emergencia se modifique la atención a la salud pues se tiene una deuda con los reclusos.

“La atención médica es insuficiente, quizá hay uno o dos doctores por cárcel nada más y esto es grave, en especial con las mujeres, pues ya hemos sabido que tienen a sus hijos en los baños porque el doctor no llegó, esto solo demuestra que la atención de su salud siempre ha sido pésima”, lamenta.

Niño de Rivera sostiene que ante el contexto de la Fase 2 de la pandemia, las autoridades ya han tomado medidas como reducir el número de visitas a una por persona así como prohibir el acceso a mujeres embarazadas, mayores de 60 años o quienes padezcan enfermedades crónicas, ya que son las personas más vulnerables ante el coronavirus.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y Naciones Unidas han emitido una serie de recomendaciones para la población penitenciaria en el país como dar servicios telefónicos gratuitos para que se comuniquen con el exterior; que todas tengan acceso, por lo menos una hora al día al aire libre y distribución de alimentos en dormitorios con recipientes y utensilios particulares.

También puntualizó que todas las prisiones deben contar con un censo previo de pacientes con enfermedades crónico-degenerativas, una lista de hospitales a los cuales deben de acudir los internos, tomarles la temperatura regularmente y en caso de existir posibles contagiados se deben de aislar, si los casos llegan a ser graves se deberá de trasladar a los afectados.

La emergencia sanitaria por la que atraviesa México pone en evidencia el olvido en el que se tiene al sistema penitenciario

Por su parte, Ancira y Niño de Rivera establecen que otras medidas para atender a la población son, en primer lugar, revisar la manera en que ingresan personas a los penales, pues asegura que muchas de ellas no deberían estar recluidas.

“Hay personas que no pertenecen a las cárceles y estamos viendo que este gobierno se ha caracterizado por usar la cárcel para todo, se amplía el catálogo de prisión preventiva oficiosa, se encarcela a mujeres por temas menores como el aborto.

“Se tiene que depurar a quien ingresas a la cárcel, así no tendríamos tanta gente dentro. Aproximadamente el 50 por ciento de la población ni siquiera tiene una sentencia, no están procesados y están ahí expuestos y con malas condiciones ante una pandemia”, reclama Ancira.

Para ambas especialistas, se tiene que dejar de pensar en la cárcel como una solución para todo, ya que hay medidas alternas que no se están implementando como el arresto domiciliario.

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