Para los familiares de personas desaparecidas, la esperanza no muere; 70 familias de víctimas que no han regresado a casa llevan a cabo la “Tercera Caravana de Búsqueda en Vida de Personas Desaparecidas”. Una búsqueda que pretende recorrer los estados de Morelos y Guerrero y está focalizada a psiquiátricos, cárceles estatales, hospitales y separos policiales.
Y es que tras largos años de búsqueda infructuosa en cientos de fosas clandestinas, que han descubierto y cavado a lo largo del país, muchas de las familias en movilización deducen que sus familiares puedan seguir con vida; la terca esperanza les dice que los buscados pueden seguir siendo víctimas de trata de personas o tal vez se encuentran presos sin posibilidad de comunicación.
Por eso la movilización. Por eso la necesidad de revisar cada una de las cárceles estatales, y cada uno de los rincones de esta geografía, en donde no se descarta que los buscados puedan también estar internados en hospitales o psiquiátricos, tal vez afectados en su razón.
“No nos vamos a resignar. Tenemos la certeza de que nuestros hijos están en alguna parte, y tenemos la esperanza de que estén con vida. No vamos a dejar que también desaparezca nuestra esperanza” dijo Lucy Lopez Castruita, directora de la Asociación Internacional de Búsqueda de Personas en México y parte del comité organizador de esta caravana.
Lucy López ya lleva 10 años en la angustiosa espera. No se resigna –como seguramente nadie lo haría- a no saber más de su hija, quien desapareció desde el 13 de agosto del 2008 cuando tenía apenas 17 años de edad y cursaba la preparatoria. Desde entonces la ha buscado por todo el territorio mexicano sin ningún indicio que le pueda señalar cuál es su paradero actual.
A su hija Irma Claribel Lamas Lopez se la llevó una de sus amigas. Fue una vecina la que la invitó a salir a una fiesta y ya no regresó. “Era una amiga mayor que ella, y un día la invitó a una fiesta y se la llevo en un taxi, desde entonces ya no volvimos saber de mi hija”, cuenta Lucy López a Reporte Índigo, con la voz entrecortada por el recuerdo.
A partir del día que su hija ya no volvió a casa, Lucy comenzó la incansable búsqueda, la que ya cumple 10 años pero que la sigue realizando como si hubiese desaparecido el día de ayer; la ha buscado en fosas clandestinas por todo el país, principalmente en la zona norte, en donde se le perdió el rastro.
Algo en ella le dice que su hija aún está viva. Ha cavado en decenas de fosas, pero –para su fortuna o su desgracia- en ninguna ha encontrado restos de su hija, por eso la esperanza, aunque dolorosa, aún persiste, y por eso sabiendo que su hija no está enterrada, se ha dado a la tarea de buscarla en hospitales, cárceles, psiquiátricos y sitios controlados por las bandas de trata de personas.
Igual que Lucy otros 69 jefes de familia, muchos acompañados de algunos de sus hijos y otros -los menos- en completa soledad, integran la brigada de la “Tercera Caravana de Búsqueda en Vida de Personas Desaparecidas”, en la que comenzaron a la dolorosa búsqueda en las principales localidades del estado de Morelos, con énfasis en el municipio de Jojutla, en donde permanecerán activos hasta este miércoles.
Jornada de búsqueda
A partir de hoy la Caravana se dirigirá al estado de Guerreo para continuar la búsqueda de desaparecidos en instalaciones de salud, penitenciarías y centros nocturnos, en una jornada que se estima culminará hasta el próximo día 14 de este mes, luego de recorrer los municipios de Chilpancingo y Acapulco.
La Caravana está integrada por familias de las entidades de Chihuahua, Sinaloa, Zacatecas, San Luis Potosí, Veracruz, Coahuila, Ciudad de México, Guerrero, Querétaro, Estado de México, Sonora y Morelos, a las que se habrán de sumar otras familias de Oaxaca y Michoacán, que participarán en la fase final de la búsqueda.
Esta movilización social, que es la tercera de su tipo que se registra en el país, luego de las otras dos ediciones que ya recorrieron los estados de Coahuila y Oaxaca en el 2017, también intenta crear conciencia entre la población de Morelos y Guerrero a fin de que los familiares de víctimas de desaparición en estas dos localidades se sumen en otras búsquedas en más entidades del país, que se realizarán a lo largo de este año.
De acuerdo con el periodista Aldo Perseo García, responsable de la memoria gráfica y documental del movimiento, esta movilización “la sostiene una increíble carga de esperanza”, es distinta a las otras: la caravana se enfoca en los esfuerzos de búsqueda en sitios en donde pueden estar vivos sus familiares, como resultado de ser víctimas de trata de personas o por acciones inconstitucionales del Estado.
La movilización iniciada Morelos y que a partir de hoy se trasladará al estado de Guerrero, está siendo acompañada por el obispo Juan Ramón Castro, quien ofició la misa de inicio de labores en la catedral de la ciudad de Cuernavaca, y por el activista social Javier Sicilia, quien reconoció el valir de las familias por no perder la esperanza.
Las cifras de la desaparición
Al 31 de enero del 2018, en todo el territorio nacional se tenían 35 mil 410 registros de personas desaparecidas, de acuerdo con el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED). De esa cifra, 34 mil 268 pertenecen al fuero común y mil 142 al ámbito federal.
En las entidades de Chihuahua, Sinaloa, Zacatecas, San Luis Potosí, Veracruz, Coahuila, Ciudad de México, Guerrero, Querétaro, Estado de México, Sonora, Morelos, Oaxaca y Michoacán, de donde son originarias las familias que conforman la Caravana de Búsqueda en Vida concentran 18 mil 148 casos; es decir, poco más del 51 por ciento de las personas desaparecidas en todo México.
De los estados antes citados, el Estado de México es en el que se presentan el mayor número de desapariciones, con 3 mil 834; le siguen de muy lejos Sinaloa con 2 mil 783 y Chihuahua con 2 mil 157 casos denunciados.
A nivel nacional, de las más de 35 mil personas desaparecidas, el 40 por ciento son jóvenes de entre 15 y 29 años de edad; es decir, 14 mil 250.