Al filo de la madrugada, Gisela “N” salió de las instalaciones del Penal de Santa Martha Acatitla con sus pertenencias bajo el hombro y en las escaleras del edificio se reunió con sus hijos y familiares luego de tres años y diez meses de residir en la cárcel. Ahora habría doble festejo: el Día de las Madres y su liberación por amnistía.
La joven de 21 años fue procesada por delitos contra la salud y condenada a seis años de prisión tras ser detenida en el aeropuerto con envoltorios de cocaína que transportaba en el estómago
Netzaí Sandoval, titular del Instituto Federal de Defensoría Pública (IFDP), detalló que, por su condición de pobreza, Gisela aceptó ponerse en riesgo; sin embargo, afirma que “muchas personas pobres acaban en la cárcel para que algunos ricos puedan seguir consumiendo drogas”.
“Hay hipocresía y clasismo detrás de la prohibición de las drogas. Afortunadamente México está superando la visión punitivista de la ‘guerra’ y avanza hacia la justicia transicional”, mencionó al dar la noticia de la liberación.
Asimismo, precisó que la joven no es reincidente, no empleó armas de fuego ni medios violentos.
Gisela es madre soltera y cursó estudios hasta la primaria, por lo que el IFDP intervino y probó su vulnerabilidad bajo la protección de la Ley de Amnistía.
Afuera del penal, Gisela narró a los funcionarios del Instituto sentirse afortunada, pues su liberación representa una nueva oportunidad.
“El poder ver a mis hijos, cargarlos, llevarlos al parque, arrullarlos, estar con mis hermanos, es una gratitud ante toda esta comunidad y ante los que me apoyaron”, expresó.
Como parte de las acciones emprendidas por el IFDP se presentó un estudio socioeconómico y un dictamen en antropología social para acreditar su situación de vulnerabilidad.