Ante un Senado abarrotado de representantes de todos los partidos políticos, de la sociedad civil y de diversos colectivos de víctimas, los activistas Javier Sicilia, Alejandro Martí y María Elena Morera presentaron ayer las reformas a la Ley de Víctimas, en un día clave para los derechos humanos.
De hecho, una amplia comitiva de la plataforma del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que preside el poeta, cargando con su dolor a cuestas, reiteró su esperanza hacia las nuevas propuestas.
“Confiamos en que las reformas se traduzcan en políticas públicas eficaces, con capacidad de respuesta en favor de las mismas”, escribió Martí en su cuenta de Twitter tras el encuentro.
La elaboración de este paquete de reformas se ha hecho artículo por artículo y ha sido consensuado con las propias víctimas. La redacción estuvo a cargo de un equipo de trabajo del movimiento que encabeza Sicilia y del que forman parte los expertos Julio Hernández Barros, Silvano Cantú e Ileana García, entre otros.
De acuerdo con Cantú, esta propuesta se consuma en lo simbólico y su cierre forma parte “de un proceso de discusión muy amplio para contar con una serie de reformas que van a optimizar el sistema el funcionamiento del Sistema Nacional de Víctimas para hacerlo plenamente viable”.
En entrevista con Reporte Indigo, el miembro del comité redactor de la Ley de Víctimas recuerda el texto publicado contemplaba un sistema que funcionaba con más de tres mil personas que ahora se busca reducir a 30 representantes de instituciones públicas.
La representación de las víctimas no se acota ni en número ni en la calidad de su participación en el seno del sistema nacional encargado de diseñar las políticas en materia de prevención y reparación del daño.
También se mejora la composición del órgano que coordina las instancias que crea la propia ley: la asesoría jurídica, el fondo y el registro nacional de víctimas.
En el nuevo paquete de reformas, explica Cantú, se incorporan una serie de medidas que eliminan las trabas en el acceso a la justicia para las personas que han sufrido privación de libertad, por ejemplo, desaparición forzada o “errores judiciales”.
“Es un paquete de reformas muy virtuoso. Hemos logrado un equilibrio saludable y fundamental en términos de protección a las víctimas y viabilidad plena en lo orgánico y en lo presupuestal”, asegura el especialista.
La actual ley en vigor, en su opinión, “es totalmente viable, operable, funcional”.
En los aspectos ahora propuestos para mejorar su funcionamiento se incorporaron, incluso, observaciones de la Consejería Jurídica, de la pasada presidencia, así como de otras organizaciones de víctimas.
Es el caso de SOS, que dirige Martí, y de Causa Común, de Morera, todo con el afán de contar “con una ley más fuerte que suma nuevas voces en esta discusión”, dice Cantú.
Se espera que, en un escenario ideal, en uno o dos meses, los legisladores concluyan su dictamen para luego votar en el pleno las reformas a la Ley General de Víctimas.
No la toques más’: Sicilia
Contra lo que por desgracia y de manera irresponsable se ha manejado en algunos medios “no se trata de una ley y unas reformas ‘improvisadas’ ”.
Así lo aseguró ayer Javier Sicilia, precisando que tal postura constituye “un grave y preocupante Alzheimer social” pues se insulta el sufrimiento y la lucha de miles de víctimas y de ciudadanos que han trabajado en su elaboración.
En el Senado, indicó que la Ley de Víctimas y sus reformas son fruto de haber escuchado “los dolores de miles de víctimas que el crimen organizado, la negligencia y la corrupción del Estado, y la violación de los derechos humanos, han generado en nuestra nación, al grado de sumirla en una profunda tragedia humanitaria”.
El activista social hizo un llamado para que las fracciones parlamentarias superen sus diferencias y sospechas. Que tomen el consenso logrado como un ejemplo de la unidad que el país necesita y clama y puede servir “para aliviar la tragedia del país y contribuir a su justicia, a su dignidad y a su paz”.
El poeta terminó su discurso citando a Juan Ramón Jiménez. Porque sus palabras sirven de guía “para ser sabios y responsables frente a esta ley que se ha trabajado con todo el amor y el sufrimiento que llevamos a cuestas: ‘No la toques más que así es la rosa’ ”.