El matrimonio dura hasta la muerte lo separé o hasta que le telepresencia de algún centro de reclusión lo permita, así lo demostraron estos mexiquenses presos en dos cárceles distintas de la entidad que se divorciaron este marte por medio de una videoconferencia.
Por primera vez en la historia, el Tribunal Superior de Justicia del Estado de México llevó a cabo un juicio incausado por telepresencia, es decir, a través de una videollamada, en el Juzgado Primero Familiar con residencia en Tlalnepantla.
A través del Complejo de Telepresencia recientemente inaugurado, se posibilitó el enlace de Tenango y Almoloya de Juárez, donde se encuentran los divorciantes, con el Juzgado Primero de lo Familiar, cuyo titular en segunda audiencia declaró disuelta la relación.
El consejero de la Judicatura, Juan Manuel Télles Martínez, y la directora general de la Administración de Juzgados en Materia Familiar, Ericka Lorena Domínguez Preisser, atestiguaron esta audiencia.
La telepresencia permitió el ahorro de tiempo y recursos, ya que los entonces esposos se encuentran privados de su libertad en los penales de Tenango y Almoloya y asistir a esta audiencia implicaba la realización de diversos trámites.
Cerca de 60 por ciento de los asuntos que atiende el Poder Judicial del Estado de México son en materia familiar y en promedio se reciben diariamente 135 demandas de divorcio.
Al término de la audiencia, el consejero de la Judicatura señaló que en este caso se trató de un asunto en materia familiar; sin embargo, a través de la telepresencia es posible llevar procesos en cualquiera de las materias ya sea mercantil, civil o penal, así como desde cualquier punto del estado, el país y el extranjero.
Entre los beneficios de la telepresencia se encuentra simplificar tiempos y recursos, resolver situaciones sin importar espacio ni distancia, con lo que esta herramienta se convierte en un canal intermedio que puede disminuir la tensión emocional de las partes involucradas.