Los rumores se esparcieron rápidamente, primero en redes sociales, luego de boca en boca: en varias partes del país se estaban robando niños… cualquier persona no conocida debía ser visto como sospechoso.
Fue tal la psicosis social que en menos de 48 horas cuatro personas fueron linchadas, quemadas vivas, acusadas de querer robarse a niños en Puebla e Hidalgo.
Las pruebas de los delitos nunca se presentaron, la policía y autoridades estatales no actuaron de manera adecuada y el país se vistió de rojo, producto de la rabia colectiva, las fake news y los rumores.
Para Juan Martín Pérez García, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), el crimen de robo de niños sigue existiendo, ha sido constante y en esta década alrededor de 6 mil 600 niños y adolescentes tienen el estatús de desaparecidos.
Para Pérez García los lamentables hechos que acontecieron en Acatlán de Osorio, Puebla, y Santa Ana Ahuehuepan, Hidalgo, demuestran que la manera en que el estado ofrece justicia es “totalmente ineficiente” pues las personas están tomando justicia por propia mano, ante la desconfianza hacía las autoridades y los altos grados de impunidad.
Para argumentar lo anterior, el representante de Redim explicó que de 100 carpetas de investigación relacionadas con hechos delictivos en contra de niños, sólo una avanza y alcanza condena.
LOS RUMORES
Fiscalías estatales comenzaron a lanzar alertas, incluso antes de los linchamientos, sobre las noticias falsas que circulan en grupos de WhatsApp y Facebook, principalmente, respecto al robo de infantes en prácticamente todo el país.
El 29 de agosto la Fiscalía General de Oaxaca lanzó una alerta para informar a medios de comunicación y sociedad en general sobre la falsedad de las noticias que circulaban en el estado, referentes al hurto de menores.
La dependencia aseguró, mediante un comunicado, que no había recibido alguna noticia real, o denuncia, de robo o sustracción de infantes.
“Desde los primeros avisos que llegaron a las diferentes áreas de la institución sobre estos mensajes de alarma, la Fiscalía General se volcó a investigar dichas informaciones, teniendo como resultado que estas noticias son falsas”, se enfatizó en el documento.
EJEMPLO DE FAKE NEWS (NOTICIA FALSA)
Un día después, el 30 de agosto, la Fiscalía de Puebla emitió también un comunicado en donde descartó totalmente que los casos de robos de infantes en el estado se hubieran disparado.
“Es importante señalar que es un fenómeno de desinformación que está ocurriendo a nivel nacional, la Fiscalía mantiene una estrecha colaboración en todo el país y ha externado esta misma preocupación”, manifestó la dependencia.
El 31 de agosto, la Fiscalía de Hidalgo hizo lo propio y difundió una imagen de uno de los mensajes que han estado circulando en redes sociales con la palabra FALSO en letras rojas.
Otras dependencias de justicia que lanzaron alertas para desmentir el secuestro de niños fueron la de Yucatán, Durango, Jalisco y Sinaloa.
LAMENTABLE…
El 29 de agosto dos personas fueron quemadas vivas afuera de la comandancia de Acatlán de Osorio, en Puebla, por una turba que los acusaba de llevar secuestrados a dos menores de edad en la camioneta en la que circulaban
Los videos del linchamiento, que se difundieron en redes sociales, estremecieron a más de uno y de inmediato el Gobierno de Puebla se deslindó del hecho al acusar al gobierno municipal de no seguir el protocolo de actuación que se implementa en estos casos.
Se calientan pobladores de boquerón en Acatlan de Osorio tras la detención de presuntos secuestradores. Intentan sacarlos de comandancia, quieren lincharlos. pic.twitter.com/iZyJvzj0FO
— Yair Licona Flores (@ylicona) 29 de agosto de 2018
La Fiscalía del estado consideró, el 30 de agosto, que los individuos en realidad no llevaban a ningún menor secuestrado.
Al parecer, el único delito de Alberto Flores Morales, de 56 años, y su sobrino Ricardo Flores Rodríguez, de 21 años, fue tomar unas cervezas en la calle, parecer sospechosos en un lugar en el que no eran conocidos.
Ellos eran campesinos; el joven estudiaba, declaró su familia que ahora exige justicia por su muerte.
Un día después, en Santa Ana Ahuehuepan, en Tula, Hidalgo, una turba enardecida detuvo a dos personas, un hombre y una mujer, a quienes acusaron de intentar robarse a un grupo de niños.
El hecho delictivo no se comprobó, pero la saña con la que los asesinaron fue igual a la que los pobladores de Puebla ejercieron en contra de sus víctimas.
La muchedumbre enardecida los golpeó, los ató a un poste para después prenderles fuego. Él murió calcinado en el lugar, ella en el hospital con quemaduras graves en todo su cuerpo.