Luego de pasar 10 años en prisión por un delito que no cometió, Jonathan Medina Haller abandonó el Reclusorio Preventivo Varonil Norte la tarde-noche de este jueves, donde su familia lo recibió con llanto, alegría y la esperanza de un mejor futuro.
El hombre se encontraba preso por el delito de secuestro; sin embargo, sus supuestos cómplices reconocieron durante un careo que fueron coaccionados y torturados para involucrarlo de manera injusta.
De acuerdo con Noticieros Televisa, el proceso Jonathan estuvo lleno de irregularidades, por lo que un juez ordenó la reposición del proceso, pero la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México se desistió y solicitó su libertad inmediata.
Jonathan Medina fue sentenciado a 70 años de prisión por un delito que no cometió. Su caso estuvo lleno de irregularidades, pero luego de 10 años en la cárcel logró su libertad. Esta es su historia. #Despierta con @daniellemx_ pic.twitter.com/UZzhf12WlN
— Noticieros Televisa (@NTelevisa_com) September 10, 2021
En un comunicado, la fiscalía explico que esto se da en el marco del acuerdo presidencial de liberación de presos por razones humanitarias; pues además del proceso legal en su contra, el hombre venció al cáncer y la tuberculosis en prisión.
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De esta manera, el sujeto no sólo presentaba desgaste emocional y psicológico, sino que tenerlo preso había “obstaculizado que siga en curso su procedimiento, con lo que se advierte que se ve afectado en su derecho a recibir una atención médica especializada por la privación de la libertad”.
Jonathan Medina Haller, quien estuvo preso 3 mil 762 días, salió de la cárcel con guantes, cubrebocas, y una careta, además fue evaluado médicamente en una ambulancia una vez que piso la calle.
Por razones humanitarias, #FGJCDMX solicita libertad inmediata del procesado Jonathan “N”, quien abandonó este jueves el Reclusorio Norte pic.twitter.com/xqLYCtkfQC
— Fiscalía CDMX (@FiscaliaCDMX) September 10, 2021
Fue recibido por sus padres, Wolstano Medina y María del Rosario Halle; sus hermanas Jessica y Nancy; y sus sobrinos Sofía y Diego, quienes lloraron de felicidad y lo abrazaron una vez que el sujeto dejó atrás las rejas del Reclusorio Norte.
El primer deseo del ahora hombre libre fue comer tacos de pastor junto a su familia, con quienes convivió en una taquera cercano a lo largo de la noche; se le pudo ver sonriente y de buen ánimo.
Sin embargo, los abogados Emiliano Robles y Carolina Verde señalaron que, desafortunadamente, existen muchos casos en que personas han sido incriminadas a través de la tortura y la coacción.