El divorcio entre Mireya Agraz y Leopoldo Olvera desembocó en una tragedia que cimbró a la Ciudad de México, la cual terminó con la vida de tres menores y dos adultos, quienes murieron a causa una intoxicación con fármacos el pasado miércoles en la delegación Magdalena Contreras.
“En la nota póstuma de Mireya decía que no quería entregarle los hijos a su padre, a Leopoldo, el exesposo de Mireya, que por eso prefería entregárselos a Dios”, señaló el abogado de Mireya en entrevista para Televisa.
La madre de los niños había denunciado en varias ocasiones a su exesposo por violencia familiar, incumplimiento del pago de alimentos y en dos ocasiones por abuso sexual, por lo que en 2011 se iniciaron dos juicios en el Tribunal Superior de Justicia de la capital.
Sobre los presuntos abusos del padre en contra de su hijo mayor y una de sus niñas, en ninguno de los tres expedientes se acreditó que Leopoldo hubiera incurrido en dicho delito, así lo ha confirmado del procurador General de Justicia de la Ciudad de México, Rodolfo Ríos Garza.
Durante los juicios, los psicólogos determinaron que los tres menores sufrían del fenómeno conocido como alienación parental por parte de la madre y los abuelos, es decir, que los adultos influenciaban a los niños para que se alejaran de su padre, física y emocionalmente.
De acuerdo con Miguel Saucedo, abogado de Leopoldo Olvera, durante el juicio que inició en 2011, Mireya se negó a someterse a pruebas psicológicas y por la acusación de incumplimiento del régimen de visitas y convivencia.
Apenas la semana pasada, el juez 11 de lo Familiar determinó que para revertir la alienación parental a la que habían sido sometidos los niños, la custodia de los menores debía pasar a manos del padre, lo que al parecer provocó la decisión final de Mireya.
La noche del miércoles 7 de junio, elementos de la Procuraduría capitalina encontraron sin vida, al interior de un casa en Avenida San Bernabé, a tres menores de seis, ocho y diez años edad, así como dos adultos; Mireya y el abuelo de los menores.
En la cama donde fueron encontrados los cuerpos de la familia, también se halló una biblia con un cristo de madera, una pistola calibre .25, una carta póstuma, así como un mensaje dentro de un fólder, según informó la Procuraduría.
La única persona que sobrevivió a la ingesta de los fármacos fue la madre de Mireya y abuela de los menores, quien ahora se recupera en un hospital de la Ciudad de México, para que dentro de unos días pueda dar más detalles sobre lo ocurrido.
Los mensajes y el contenido de la carta póstuma que se ha hecho público indican que Mireya y sus padres fueron quienes pactaron su propio suicidio y la muerte de los tres menores, decisión que se tomó una vez que el juez les quitó la guardia y custodia de los menores.