A dos años un mes de haber sido detenido, por sus probables nexos con el cártel de Los Caballeros Templarios, el exgobernador de Michoacán, Jesús Reyna García, fue trasladado de la cárcel federal de Almoloya a la prisión estatal de Mil Cumbres en Morelia.
El traslado del exgobernador a una cárcel con condiciones mínimas de seguridad en Michoacán, fue autorizado por la Secretaría de Gobernación, luego de escuchar la aceptación del gobierno estatal para mantener dentro de una de sus prisiones al que es acusado de ser coparticipe en algunas acciones criminales de Servando Gómez Martínez, “La Tuta”.
El traslado se realizó con apego a la ley, a fin de garantizarle al reo la garantía humana de estar cerca de su lugar de origen, aunque extraoficialmente se sabe que el traslado le beneficia en cuanto al trato personal que venía recibiendo dentro de la cárcel federal, en donde se le mantenía prácticamente incomunicado.
El traslado de Jesús Reyna evidencia la política federal del manejo de la justicia con fines políticos, pues esa misma garantía le ha sido negada al preso José Manuel Mireles Valverde, quien fundara el movimiento civil de autodefensas en el estado de Michoacán.
Mireles Valverde ha solicitado desde hace más de un año su traslado de la cárcel federal de Hermosillo, en donde se le mantiene en asilamiento, argumentando un precario estado de salud, pero la Federación le ha negado esa posibilidad, al considerarlo un “reo peligroso”, pese a que el gobierno estatal ya dio su anuencia para aceptarlo en la cárcel de Mil Cumbres.
Al doctor José Manuel Mireles se le notificó apenas la semana pasada de la negativa de la Federación para ser trasladado a la cárcel estatal de Morelia, casi al mismo tiempo en que Jesús Reyna era informado del beneficio de ley, por considerarlo un “reo no peligroso”.