CELULOIDE
CELULOIDE La eterna juventud

Noche. Un pasillo angosto. 

Silencio.

La Piazza San Marco se encuentra inundada, el sonido del ir y venir del agua se vuelve sutil. Fred Ballinger en un impecable tuxedo inicia el cruce de la plancha veneciana y se topa de frente a la Miss Universo en un bikini color carne decorado en cristales. Ambos convergen en el camino estrecho. Silencio. 

Sus pasos como la única atmósfera sonora. Intercambio de miradas. Los cuerpos se rozan de frente. Cada uno sigue su andar de frente. 

CELULOIDE Entre los muros de palabras

En “Zoolander” (2001) vimos que era un ricachón que se codeaba con el mundo de la moda y le gusta la fama que ofrece el espectáculo, a pesar de que no esté dedicado al mundo el entretenimiento.

Cuando llegó a México su reality show “El aprendiz” conocimos su lado duro como magnate que no está dispuesto a pasar por alto ni un error al interior de su imperio económico, y decir “Estás despedido” a los candidatos que no pasaban la prueba para incorporarse a su conglomerado empresarial.

CELULOIDE El salto final

Su corazón no pudo más y tras una neumonía, el Gato dejó de brincar. Se acabó el aire. Ahí murió el último tango en París.

El saxo tenor partió el 2 de abril en la Gran Manzana, donde, incluso a sus 83 años, tocaba esporádicamente en el club de jazz, Blue Note, sin dejarse frenar por sus pasos entorpecidos como consecuencia de un ataque cerebral, sufrido en 2015, según contó en una de sus últimas entrevistas al periódico La Nación.

CELULOIDE ‘La vida es sueño’

Bones encuentra entre la maleza una ciudad perdida, comida por la vegetación, abandonada a su suerte por la humanidad, y en su andar un camino de postes de luz mercurial se adentran a una creciente pluvial, que en sus corrientes esconde otra extensión de esa urbe ahora olvidada.

El mundo que presenta el ahora también director Ryan Gosling en su cinta debut “Lost River” (2014), ha sido incomprendido entre quienes se han atrevido a ver el largometraje protagonizado por Christina Hendricks, Saoirse Ronan, Iain De Caestecker, Matt Smith y Eva Mendes.

CELULOIDE Un giro a la diversidad

El cine se hace sin marcha atrás, la industria al fin empieza a ser incluyente, sin importar de género o preferencia sexual. Esto es un logro porque otras artes vivieron durante siglos el yugo de la exclusión, la censura y el sometimiento de una moral vaga e inexistente.

Pero justo cuando todo empezaba a tomar un diálogo plural, hay reveses que llegan para indignar y marcar un gancho al hígado con el pensamiento retrógrada.



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