Para recibir los apoyos de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) no es suficiente con ser víctima, hay que demostrarlo.
Al ingeniero Marco Antonio Enciso Rodríguez lo mataron porque le pasó algo que en este país le puede pasar a cualquiera: estar en el sitio equivocado a la hora equivocada.
Julio Ramírez