Ayer entre andamios, carpinteros, electricistas, expositores, cajas y un paraíso de letras vírgenes sin ser hojeadas, se dan los últimos preparativos a contrarreloj para inaugurar la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería de este año.
Hoy, la sede con más de 200 años de historia se convierte en un edén literario, en el que se esperan ávidos lectores dispuestos a arrasar con las propuestas que inundan al emblemático inmueble del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Hidalgo Neira