Ni la grasa saturada ni el colesterol contenidos en la carne roja son los verdaderos causantes del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Según un estudio publicado por la revista científica Nature Medicine, el problema radica en la L-carnitina, sustancia química que abunda en la carne roja.
Pero no es la carnitina per se el factor que incide en el desarrollo de condiciones cardiovasculares anómalas, sino su degradación por bacterias que están en el intestino.
Eugenia Rodríguez