La fracción del PAN en el Congreso local pretende darle un giro al proceso de renovación de los consejeros electorales y presentará en los próximos días una reforma al Consejo General del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC).
Hasta hoy se sabe que en mayo se nombrarán a los nuevos consejeros, que tendrán dos años para organizar la próxima elección a diputados y alcaldes de Jalisco.
Los partidos se frotan las manos y ya hay quien hace sus apuestas sobre quién de los consejeros sí sobrevive al “rigurosísimo” proceso de selección.
Muchos critican que el IEPC se ha convertido en un ente que, lejos de tener un carácter ciudadano, es la agencia de colocación de todos los partidos.
En ese escenario el PAN pretende -entre otras cosas- reducir el número de consejeros de siete a cinco. La presidencia sería rotativa, es decir, cada año se cambiaría al titular.
También se busca reducir el salario de los consejeros, que hoy ganan a nivel de los magistrados locales. De aprobarse la reforma, tendrían ingresos como los de un secretario de Estado.
Se eliminaría la reelección de los consejeros de un periodo a otro. La reforma exige un periodo de descanso para poder ser reelegidos.
Actualmente los consejeros se nombran cada tres años. La propuesta busca que tres de los cinco consejeros sean nombrados por un periodo de seis años y los dos restantes por un periodo de tres años.
La propuesta será presentada por el diputado panista Alberto Esquer Gutiérrez y parece ser el inicio de su revancha contra los consejeros electorales y contra sus compañeros diputados.
Pues en el cuerpo de la iniciativa se exige que la convocatoria sea formulada desde la Comisión de Asuntos Electorales y no desde la Junta de Coordinación Política.
Hay que recordar que el propio Consejo Electoral buscó eliminar a Esquer Gutiérrez de la lista de diputados plurinominales y a cambio imponían a la hermana del senador José María Martínez, Faviola Martínez.
La propuesta de reforma del IEPC no suena descabellada. Sin embargo, eso no resuelve el principal negativo de ese organismo, que a pesar de las millonarias inversiones en publicidad, no logra tener una imagen de un instituto con verdaderos perfiles ciudadanos.
