De pronóstico reservado será la nueva reunión que sostendrán en los próximos días el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, particularmente ahora que el emecista ha comenzado a jugar públicamente con la idea de contender por la presidencia de la República en 2024. Alfaro busca que el presidente destrabe para la entidad dos proyectos de grandes magnitudes: la presa El Zapotillo y la Línea 4 del Tren Ligero al sur de Guadalajara. Ambas obras significan un gran empujón para la imagen pública de Alfaro. Por eso surge la duda ¿querrá verdaderamente el presidente ayudarle al jalisciense con esos dos grandes pendientes de su administración, o preferirá darle largas para no pavimentarle un posible camino a la candidatura presidencial? Ya veremos.
ASÍ, ¿CÓMO?
La violencia e inseguridad en Jalisco sigue en aumento. Ayer, a plena luz del día, diez sujetos robaron una camioneta de valores y dispararon en contra de sus custodios en el estacionamiento de la Plaza Fórum Tlaquepaque.
Debido a que escenas como esta son cada vez más cotidianas, el gobernador, Enrique Alfaro, ha insistido al Gobierno federal por más presupuesto para las policías locales. El problema es que no solo con presupuesto se fortalecen las policías, también con la capacitación y certificación. Ayer se reveló que 29 por ciento de los policías en Jalisco no cuentan con el Certificado Único Policial (CUP), es decir, en la entidad hay más de 6 mil uniformados que tendrían que ser dados de baja de las corporaciones ya que no se certificaron antes de la fecha límite, cuyo plazo venció en marzo de este año. Y aunque el gobernador ha argumentado que la administración pasada del fallecido Aristóteles Sandoval dejó un rezago, lo cierto es que el emecista no se ha puesto a trabajar en algo tan básico como es la certificación de sus policías. Mientras tanto, el mandatario sigue en su discurso de deslindarse del combate al crimen organizado y echándole la bolita a la federación.