La anhelada inmunidad de rebaño que tanto ansían las autoridades estatales y municipales de Jalisco, y que permitiría consolidar la reactivación de la vida económica del estado, parece que todavía está muy lejos, luego de que el gobernador Enrique Alfaro diera a conocer que la proporción de jaliscienses que ya recibió al menos una dosis de la vacuna no llega ni siquiera al 45 por ciento de la población.
La inmunidad de rebaño requerida para poder apaciguar al coronavirus debe alcanzar a entre el 70 y 75 por ciento de la población, según lo han estimado especialistas, lo que evidencia el largo camino que aún tiene por delante la entidad para poder llegar a la meta –aunque habría que considerar también a todos los jaliscienses que ya estuvieron infectados, y que, por lo tanto, ya tienen anticuerpos–.
La gran pregunta es ¿cuántos de todos los jaliscienses que no han sido vacunados están en esa condición porque simplemente no quisieron, y cuántos sí querrían pero el programa de vacunación no ha llegado hasta ellos?
El emecista recordó que: “La gran mayoría de quienes hoy están luchando por su vida en un hospital no quisieron vacunarse, esa es la realidad. Aquí el llamado es a la responsabilidad y conciencia colectiva para asumir el compromiso de cuidarnos y hacerle frente, juntos, a esta pandemia”.
¿QUÉ HAY DETRÁS?
Resulta que el presidente Andrés Manuel López Obrador adelantó que, además de la visita del próximo sábado a la Presa El Zapotillo, estará viajando constantemente en la entidad. Si bien el mandatario afirmó que lo haría para vigilar “que las cosas mejoren” y que la crisis de inseguridad se detenga en Jalisco, lo cierto es que sus constantes visitas podrían tener otro objetivo.
Recordemos que Jalisco es un estado en el que Morena no se ha podido consolidar y aunque el tabasqueño ha mandado a gente de su primer círculo como Yeidckol Polevnsky a ganar camino para la Cuarta Transformación, lo cierto es que, pese al descontento de un sector de la sociedad, Enrique Alfaro y Movimiento Ciudadano siguen ganando elecciones y ampliando su territorio naranja. Con miras a 2024, a López Obrador solo le quedan dos caminos, alianza o revancha.