El 26 de mayo pasado, el mismo día que la cúpula política de la Universidad de Guadalajara organizaba una marcha para protestar contra el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, éste vertió unas declaraciones que han pasado quizá un tanto desapercibidas, pero que son, por lo menos, muy intrigantes y que podrían ser muy reveladoras para el futuro inmediato. El gobernador aseguró que el férreo control político que ejerce el exrector Raúl Padilla López sobre la UdeG, y que se ha mantenido así durante más de tres décadas, está a muy poco de llegar a su fin.
“Soy universitario, quiero mucho a mi universidad, lamento mucho las mentiras de este grupo de pillos que la tiene secuestrada y confío en que la comunidad universitaria sabrá liberarse de este yugo muy pronto.
“Que ya estamos más cerca del final de una era que tiene que terminar urgentemente por el bien de Jalisco, por el bien de la universidad, y bueno, pues las patadas finales de Raúl Padilla y su camarilla es un tema que nos tiene sin cuidado, lo importante es que salió en orden y que no hubo ningún problema con la marcha”, expuso el gobernador.
¿De dónde vendrá el ‘golpe’?
Mucho se ha mencionado que el exrector Padilla López, quien se niega a soltar las riendas de una institución pública como lo es la UdeG, es un adversario común del presidente Andrés Manuel López Obrador –quien ha cuestionado en varias ocasiones el cacicazgo padillista y la ausencia de democracia al interior de la casa de estudios–, y de Alfaro Ramírez.
Además, si bien el Gobierno de Enrique Alfaro ha cortado el financiamiento público de las mega obras que promueve Padilla López, el gobernador debe estar muy consciente de que eso, en realidad, no modifica en absoluto la estructura de poder que mantiene al exrector como el factótum real y único al interior de la universidad.
Siendo así, y ante tales declaraciones, no queda más que preguntar: ¿qué es lo que sabe Alfaro Ramírez que lo hizo aseverar que está muy cerca el final del control padillista sobre la UdeG? ¿Prepara acaso el Gobierno estatal una estrategia para democratizar el régimen interno de la casa de estudios? ¿O será más bien que desde el Gobierno de López Obrador se alistan ya los planes para actuar en esta materia?
En una de esas el golpe puede venir por ambos frentes. Atentos
