Los preparativos del proyecto de la Línea 4 del Tren Ligero en Guadalajara, una de las obras centrales para el Gobierno de Enrique Alfaro Ramírez, han generado un escenario político en Jalisco muy peculiar, pues en esta ocasión se espera que sea la alianza entre Movimiento Ciudadano y Morena la que lleve a buen puerto la concreción de esa infraestructura.
Así como lo leyó: el financiamiento de ese proyecto que, en su mayor parte, deberá ser aportado por la iniciativa privada, depende de la alianza que, quizás de forma muy transitoria, se estableció entre los partidos MC y Morena para sacar adelante esa obra que, además del impulso de Alfaro Ramírez, cuenta con el visto bueno del propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Por eso, ahora que el esquema de financiamiento de la Línea 4 se analiza por parte del Congreso del Estado, las críticas contra el mismo han provenido básicamente de los legisladores de Hagamos –el brazo político de la Universidad de Guadalajara–, quienes insisten en que la asociación público-privada que se pretende establecer –al parecer con la firma Mota-Engil–, debe ser considerada como deuda para las finanzas del Estado.
El gobernador, sin embargo, ha negado que el proyecto, que requiere de dos mil millones de pesos del Gobierno estatal, otros dos mil millones del Gobierno federal, y cinco mil 725 millones de la iniciativa privada, se vaya a ejecutar con deuda de por medio.
La instrucción a Morena viene de ‘muy arriba
Según ha trascendido, fue el 6 de abril pasado cuando se habría cerrado el acuerdo entre el MC y Morena de apoyar legislativamente el financiamiento de la Línea 4 (de nueve mil 725 millones de pesos en total), en una reunión entre el gobernador del estado, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, y los legisladores morenistas.
Por lo anterior, las instrucciones para las y los diputados de Morena con respecto al tratamiento de la Línea 4 parecen provenir, por lo tanto, desde lo más alto del Gobierno de México, así que no parece que pueda haber lugar para alguna sorpresa de su parte. Aun así, habrá que ver cómo se comporta y qué le depara en un futuro a esta alianza sui géneris entre emecistas y morenistas.
