Guns N’ Roses borra, por un par de horas, el fantasma del coronavirus que recorre México

La banda logró que la gente pensara en otras cosas con el poder de la música y se centrara en divertirse la noche de este sábado
Roberto Trejo Roberto Trejo Publicado el
Comparte esta nota

Con su poderoso hard rock y dosis de nostalgia, Guns N’ Roses logró borrar de la mente del público del Vive Latino 2020 el fantasma del coronavirus Covid-19 que ha comenzado a recorrer México con rapidez.

Y es que la pandemia acaparó gran parte de la conversación de los asistentes, a quienes se les oía platicar sobre el tema en varios rincones del Foro Solo e incluso en las estaciones de Metro aledañas al recinto.

Este sábado fue poco alentador para los amantes de los conciertos, pues las autoridades elevaron a 41 los casos confirmados de coronavirus; además que fue cancelado el festival Pal Norte en Nuevo León y el propio Vive Latino anunció la cancelación de los guitarristas Rodrigo y Gabriela.

Ante esta situación, la banda angelina tenía la responsabilidad de ofrecer un gran espectáculo para hacer frente al pesimismo y las duras semanas que vienen para México respecto a la propagación del virus que ha cobrado miles de vida en varias partes del mundo.

La banda comenzó su presentación con el pie derecho al tocar dos salvajes piezas del Appetite for Destruction: It’s So Easy y Mr Brownstone. Pero el ánimo decayó un poco cuando Axl cantó Chinese Democracy, canción que da título al infame disco que grabó sin sus excompañeros.

Sin embargo, una de las sorpresas de la noche fue que Axl cantara Slither de Velvet Revolver, la banda que iniciaron en 2002 Slash, Duff McKagan, Matt Sorun e Izzy Stradlin con el vocalista de los Stone Temple Pilots, Scott Weiland.

El primer cuarto del concierto dejó un sabor agridulce a las personas, pues, aunque el grupo tocó Welcome to The Jungle y Double Talkin’ Jive, también tuvo que interpretar otra pieza del álbum Chinese Democracy llamada Better.

El concierto tomó rumbo definitivo una vez que Guns interpretó la maratónica Estranged, para luego presentar una cascada de clásicos como Live and Let Die, You’re Crazy, Rocket Queen, You Could be Mine, So Fine, Civil War, Dead Horse y Sweet Child O’ Mine.

Paso siguiente, la banda toco November Rain. Segundos antes de la canción, Axl bromeó mientras un técnico hacia los últimos ajustes al piano de cola. El vocalista dijo que, probablemente, su piano había contraído coronavirus.

Luego siguieron piezas clásicas como Knockin’ on Heaven’s Door, Nightrain, Don’t Cry, Patience y Paradise City, lo cual provocó la locura de las personas presentes, quienes cantaron, gritaron y saltaron.

La banda consiguió un gran espectáculo que hizo, al menos por un par de horas, que la gente dejará de pensar en la expansión del coronavirus. Es probable que este show sea de los últimos de alto calado que veamos este año en México por el avance de la pandemia.

Lo malo

Axl Rose debería dejar de interpretar piezas del disco Chinese Democracy, pues parece que la gente no está interesada en ellas; la prueba más clara es que el público coreó con más entusiasmo la canción de Slither.

Otro punto a considerar es que la imagen de Guns está muy deteriorada. Si ya es difícil ver a Axl viejo y con sobrepeso, lo es aún más con miembros que parecen sacados de alguna banda extranjera o de cualquier género musical menos rock.

Especialmente, por el look que portaban la tecladista Melissa Reese, y el baterista Frank Ferrer.

¿Será este el último festival masivo para lo queda del año?

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil