Después de trabajar durante años en la industria publicitaria en su natal Holanda, Joep Beving tomó la libreta pautada y comenzó a jugar con las notas musicales. En lugar de componer música para los demás, se enfrascó en complacer sus gustos personales, ahí encontró el máximo regocijo de la creación artística.
Beving compuso un álbum para mostrárselo a su familia, quienes lo motivaron a subirlo a plataformas digitales; sin tener una expectativa, el disco empezó a ser escuchado y la vida del holandés cambió por completo.
“Todo fue muy pragmático, poseía un pequeño estudio y estaba intentando hacer música electrónica, pero en verdad no tenía tiempo, y no lo sé, ahí estaba el piano, empecé a tocarlo y surgió esta música que nunca antes había tocado en mi vida”, comenta Beving, en entrevista con Reporte Índigo.
De ese suceso, que comenzó en 2014, ahora Beving tiene tres placas musicales y este mes llegará su cuarta producción titulada Henosis. Para promocionar su material, el pianista recorre actualmente el mundo, por lo que visitó México recientemente.
Un elogio para los contemporáneos
La música que hace Beaving pertenece a un nicho muy particular en el mundo, él está consciente de esto, por eso al preguntarle qué piensa de sus iguales, no duda en platicar de ellos y comentar de sus composiciones.
“Hauschka fue de los primeros artistas en entrar en esta escena musical interesante, en la que sólo se toca el piano de una manera más experimental y etérea, casi de manera espiritual; recuerdo que alguien me dijo que lo escuchara y como que me abrió la mente y dije ‘esto puede algún día ser algo’”, recuerda.
El pianista de 43 años indica que Hauschka abrió el camino a otros músicos, ya que inició su carrera desde finales del siglo XX. También reconoce el talento de Nils Frahm, músico alemán que experimenta con sintetizadores y piano.
“Nils Frahm ha estado trabajando muy duro desde hace 10 o 15 años, ha creado casi un subgénero junto a Ólafur Arnalds, son muchos ahora y creo que es fantástico, tengo mucho que agradecerles, porque cuando hice un álbum de piano nunca pensé que todo esto fuera a suceder”, confiesa Beving.
Al preguntarle si conoce alguna veta musical mexicana, recordó a Murcof, pseudónimo del tijuanense Fernando Corona que inició con Nortec Collective como Terrestre y ahora sólo se dedica a componer en Europa.
Respecto a lo que lo inspira para realizar su música, para un artista que se abstrae en la composición de música experimental o de género ambiente, se podría suponer que se motiva de cosas complicadas, pero la realidad es que encuentra su entusiasmo en lo más simple de la vida.
“Me inspiro en la relación con la realidad, en la verdad, en la belleza de cierta forma, en las pequeñas cosas, como mi familia”, comenta, entre risas, el holandés.
En lo más sencillo de su cotidianidad, estas ideas le resultan placenteras, porque lo hacen estar en el ahora de su vida, lo cual aprecia mucho al ser padre de dos hijos y tener armonía con su entorno.
“Son estas cosas, porque te hacen estar consciente y sentir completo, en ese tipo de emoción es muy grato crear. Algunas de las cosas más bonitas que he escrito son cuando mi familia está caminando por mi casa, porque esto me hace sentir completo y quiero expresarlo”, asegura, finalmente, el holandés.
Oír menos, escuchar más
Actualmente, conocer nueva música es lo mejor que le puede pasar a las generaciones jóvenes, o por lo menos así lo cree Beving, ya que las plataformas digitales ofrecen todo tipo de géneros. Él invita a que el público salga de las recomendaciones que arrojan los servicios de streaming y se adentren a educar su oído musical.
“También pueden ir a una tienda de discos, tomen un álbum que se vea cool, y si la portada les habla, escúchenlo, vayan a YouTube y pongan el nombre de esa banda y van a ver recomendaciones de otras agrupaciones y así comenzará su búsqueda, descubrirán el mundo de la música, no es tan difícil”, comparte el pianista.