Con pulseras y anillos dorados adornando su cuerpo, decenas de trenzas multicolores cayéndole por el hombro y portando un vestido amarillo con el print del rostro de Celia Cruz, es como pacientemente aguarda Lucrecia Pérez Sáez a que su maquillista la deje perfecta.
Lucrecia platica con calma y sonríe constantemente, transmitiendo, dicen algunos, una especie de aura de felicidad que detiene el tiempo y regresa a los que la escuchan al pasado, donde la música de su connacional cubana conmovía por completo.
Hace 25 años, en una tertulia nocturna, después de haberse presentado junto a la Orquesta Anacaona, la cantante escuchó Eternos, placa discográfica de 1978 en donde Cruz hizo dupla junto a Johnny Pacheco; la canción que prendó a Lucrecia fue “Danza del cocoye”, porque la llevó, cuenta, a un estado hipnótico provocado por la “Reina de la salsa”
“Primero, la escuchamos todos, cada cual se fue moviendo por la casa y yo me quedé escuchando ‘Danza del cocoye’ y la repetí cerca de 20 veces, porque me encantó, por la armonía, la improvisación de Celia, por su dicción, por todo, a partir de ahí fue flechazo absoluto”, explica Lucrecia, en entrevista con Reporte Índigo.
Posteriormente, las dos cantantes estarían en Pasión Cubana, evento realizado por Bacardí, que homenajeó a Celia Cruz y al contrabajista Israel López “Cachao”. Después de la rueda de prensa del concierto, se encontraron tras bastidores y ahí comenzó una amistad entrañable hasta el fallecimiento de Celia en 2003.
“Antes de actuar en la primera parte de la fiesta, le entregué un disco mío y sólo con tocarla me surgió un coro, ‘Agua con azúcar y ron’ y le compuse la canción, luego le hice otra que se llama ‘Ese huevo quiere sal’ con una frase que me dijo que, justamente, quiere decir que esa persona a ti te gusta”, recuerda con felicidad la cantautora cubana.
Lucrecia presentará Celia Cruz: El musical por primera vez en México, después de debutar con él en Miami, en 2017.
Sobre el escenario hace un repaso puntual de la discografía de su amiga, a quien le tiene sumo respeto y una completa admiración.
El concierto se realizará el 16 de junio, a las 20:30 horas, en el Teatro Metropólitan, con una duración de 90 minutos.
Recordando a “la dama del poncho rojo”
Chavela Vargas vivía despidiéndose eternamente, pero nada más la muerte no venía por ella. Cuando la costarricense naturalizada mexicana comenzó su primera gira del adiós y visitó España, Lucrecia la encontró en Madrid para también entablar amistad con ella, juntas grabaron su versión de “Si nos dejan”, misma que salió en el álbum Cubáname, de 1999.
“Ella, además por un disco que yo sacaba, dio unas palabras y dijo que escucharme cantar es como jugar con el viento estando desnuda, luego hubo una gira junto con Joaquín Sabina, Víctor Manuel —el esposo de Ana Belén— y estuvimos mucho rato viajando”, declara.
La intérprete de ranchera ya había pasado por el infierno del alcoholismo, se encontraba en completa sobriedad, por lo que Lucrecia recuerda que “La Chamana” inventó un brebaje en su presencia, mismo que degustaban a la hora de compartir la mesa.
“Chavela Vargas me gritaba y me decía ‘mi negrita, vamos a hacer una nueva bebida’, y entonces hicimos tila, poleo menta y manzanilla, esa era nuestra bebida y cada vez que comíamos ahí estábamos juntas siempre, era muy cariñosa”
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El lado de la escritura
Lucrecia, además de ser cantante y compositora, tiene una faceta como cuentista que comenzó en 2004 con el libro Besitos de chocolate: Cuentos de mi infancia, y es que tiene un programa infantil en España llamado Los Lunnis, el cual protagoniza desde hace 17 años.
“Es un programa de éxito, con discos de platino, premios y ahora justamente ha salido la película La gran aventura de los Lunnis y el libro mágico, que recientemente se estrenó en enero. Cuando empezamos me propusieron hacer un libro y me dijeron ‘haz un libro de tu vida’, y dije ‘no, eso lo haré más adelante’, y entonces fue un libro infantil”, subraya.
Cinco libros son los que la cantante cubana Lucrecia Pérez Sáez ha publicado desde ese momento, pensando siempre en su hijo Jan, al que le dedicó Besitos de chocolate para toda la familia, en 2015, cuando él cumplió 12 años
Así se vive el mundo
Cuba se ha distinguido por ser un gran semillero educacional; sin embargo, la mayoría de los oriundos de la isla caribeña terminan migrando a otras partes del mundo en busca de mejores oportunidades, ante esto, Lucrecia no lo ve como algo negativo, porque cree que es característico de una sociedad moderna.
“Eso ya no se tiene que ver como una fuga, sino que forma parte de la integración de todos; nos podemos encontrar a un mexicano en cualquier lugar del mundo al igual que a un cubano, todos estamos fusionados y es maravilloso”.
EU y Cuba, en libertad
Barack Obama se encargó de entablar relaciones diplomáticas nuevamente con Cuba después de décadas de un embargo comercial, pero ese primer paso se frenó con la llegada de Donald Trump a la presidencia de EU,por lo que la intérprete cree que debe imperar la libertad y el entendimiento entre países.
“Lo que tiene que primar es el conocimiento de que existen las naciones y no hace falta privar a nadie de nada, lo mejor es que todo mundo fluya y que, justamente, como Celia decía , que haya alegría, azúcar, y que el mundo crezca con esa positividad”.
