Una vez más millones de personas alrededor del mundo se alistan para el estreno de una nueva temporada de The Walking Dead, sin embargo, a diferencia de otros años, la producción de AMC ha despertado una pregunta en algunos seguidores; ¿la serie se ha convertido en un muerto viviente?
The Walking Dead es una de las series más exitosas de los últimos años, los número así lo avalan, sin embargo, en temporadas recientes parte de la crítica la ha calificado como un producto aburrido que alarga tramas de manera innecesaria y que introduce personajes de relleno.
El principio que rige la serie es simple pero poderoso, es decir, en un mundo lleno de monstruos el hombre sigue siendo el lobo del hombre. Los ejemplos más claros han sido las luchas de Rick y su grupo en contra de El Gobernador y ahora con Negan.
Sin embargo, el hecho de que los zombis queden relegados en varios episodios a un segundo o tercer plano ha hecho que algunas personas se retiren. En redes sociales, espectadores han reclamado el exceso de comunidades de sobrevivientes que han logrado aislarse de los muertos vivientes.
Los números de The Walking Dead siguen siendo buenos, muchas series quisieran tener la mitad de esas cifras, sin embargo, la caída en el rating de la temporada 7 ha sido interpretado por algunos analistas como el inicio de una bajada hacia la lista de series que debieron terminar hace tiempo.
Durante la última temporada, The Walking Dead registró un promedio de 11.35 millones de espectadores por episodio en Estados Unidos, sin embargo, en la temporada seis la media fue de 13.15 y en la quinta hubo un registro de 14.38 por cada episodio; la tendencia es clara.
Los productores de la serie y la gente de AMC han minimizado esa caída, de hecho, algunos ejecutivos han planteado un escenario hipotético en el que The Walking pueda alargarse durante dos décadas para ver la evolución de los sobrevivientes y el mundo post-apocalíptico.
Aunque pudiera sonar a excusa, lo cierto es que los servicios de vídeo como Netflix, Amazon y Hulu han generado una caída generalizada en la televisión de Estados Unidos, pues ahora un importante grupo de consumidores sigue viendo estas series, pero ahora vía internet.
Sin embargo, Game of Thrones ha demostrado que se puede seguir creciendo en el terreno de la televisión, pese a los nuevos servicios, pues la serie de HBO ha aumentado su promedio de espectadores por episodio cada temporada hasta alcanzar los 10.26 millones en la temporada 7.
La gran diferencia entre The Walking Dead y Game of Thrones es que la primera pertenece a un servicio de cable básico y la segunda corresponde a un servicio Premium, por lo que esos 10.26 millones de espectadores tienen aún más valor.
The Walking Dead tiene la oportunidad este domingo de dar un manotazo sobre la mesa de las series y demostrar que no es un muerto en vida. El enfrentamiento final entre los grupos de Rick y Negan tiene todos los elementos para frenar la caída en los números.