No es casualidad que los principales países que se han negado a apoyar el Tratado de Comercio de Armas (ATT, por sus siglas en inglés) auspiciado por la Organización de las Naciones Unidas son los mayores productores de armamento, sus más asiduos clientes, naciones sumergidas en guerra, gobiernos represivos y añejas dictaduras.
Jorge Mireles