Han pasado más de cinco semanas de conflicto en Venezuela. 

Se sabe que los estudiantes están en las calles para exigir, en conjunto con los demás ciudadanos opositores, un cambio en la administración del Gobierno como consecuencia de la escasez, la inseguridad, la crisis económica y una apertura democrática. 

También se sabe que el Gobierno ha enviado a los militares a la calle para mantener el orden, lo que de alguna manera ha arrojado cifras de heridos, muertos y arrestados. 

Tras 38 días de protestas en Venezuela han resultado 31 muertos, 461 heridos y mil 854 detenidos. 

Las cifras fueron otorgadas por la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, en su programa radial. 

En esta batalla de ideales, el Gobierno venezolano ha denunciado un intento de derrocamiento, mientras que la oposición defiende su derecho a expresar su descontento.

Y así como el conflicto ocasionó la detención del líder opositor Leopoldo López hace más de un mes, el miércoles se unieron a la lista los alcaldes Daniel Ceballos y Vicenzo Scarano. 

En un país quebrado e hipotecado, el presidente Nicolás Maduro se ahoga en problemas. Ha cometido tantos errores durante las protestas que los recursos para salvarse se agotaron, no tiene dónde agarrarse. 

Mientras que los ciudadanos siguen en las calles pidiendo un cambio, el chavismo empieza a perder seguidores en sus filas. 

“Hay un hartazgo de la corrupción, la incompetencia del Gobierno y la injerencia del Gobierno cubano”, aseveró el sociólogo venezolano Francisco Coello a Reporte Indigo.

En Venezuela ir al mercado no es un gusto, no para todos aquellos que deben recorrer al menos tres establecimientos antes de encontrar algunos de los productos que necesitan. 

Las estanterías están casi vacías y cada vez que llega un alimento al mercado los ciudadanos deben correr para hacer largas filas y comprar solo la cantidad permitida del alimento que desean. 

Además, la variedad de marcas en los productos es prácticamente inexistente. 

Los venezolanos claman ayuda. Desde que iniciaron las protestas y a raíz de la censura aplicada a los medios, las redes sociales han estallado en gritos que piden el apoyo de la prensa internacional para difundir la situación. 

Sin embargo, los deseos y amenazas de Vladimir Putin de invadir Ucrania han despachado a Venezuela hacia el olvido.