Los estragos de la crisis económica también han alcanzado las ocupaciones militares.
Esta debacle ha ocasionado un fenómeno que obligó a los países a pensar dos veces antes de gastar en milicias y armamento.
La salida de las tropas de la OTAN de Afganistán es un ejemplo.
Una salida que podría iniciarse a mediados del siguiente año, con tarea a concluir para el final de 2014.
Pero lejos de obedecer a algún razonamiento moral o una justificación ética, la razón principal es el dinero.
Jorge Mireles