Carla Butcher se unió a la Marina a los pocos días del 11 de septiembre y fue enviada a Malta.
Durante sus primeras horas ahí, fue violada por un compañero de la Marina.
Los siguientes cuatro años de su servicio los pasó luchando con el estrés postraumático y con un sistema de justicia militar que parecía demostrar que ella era, en parte, culpable.
Pero resulta que el hombre al que Carla había denunciado ya había sido acusado por otras dos mujeres militares.
Melinda Henneberger